viernes, junio 18, 2004

Recado noticioso


Este recado va para ponerlos al tanto de cómo anda la cosa por acá; menos reflexiones y más noticias.

Huele a miedo

Lo primero que tengo que contarles es lo horrible que está la situación para nuestros paisanos indocumentados en este lugar. Hay redadas. Es horrible. Hay lugares, como les había comentado en correos anteriores, en los que claramente predomina la población latina indocumentada. Vas a esas zonas, y las casas, la gente, los autos, hasta los olores, todo es como si estuvieras en México. Algunos son salvadoreños u hondureños, pero en su mayoría son nuestros "paisas".
Ya les he contado mucho de lo que hacen ellos, de la importancia de esta gente en la economía y en la sociedad californiana. Pero no tienen papeles. Entonces son víctimas de las redadas.

Una redada es más o menos así: los oficiales de migración, por supuesto, saben sólo con ver a la gente quién es ilegal y quién no. Los huelen. Y saben hasta sus horarios, sus rutinas, qué calles pisan, todo. Pues estos oficiales se suben en un auto particular, y sin aviso, llegan a los lugares de concentración de esta gente, siempre en sitios públicos, y ¡todos a correr como despavoridos! Pero no todos corren, y los que se quedan, pues van pa’tras. El problema es que estas redadas empiezan haciéndose en mercados u otros espacios, y la gente empieza a saberlo y deja de ir. Hace un tiempo un locutor de radio solía tener una "oreja" en las oficinas de migración que le avisaba por dónde andaban los oficiales. Entonces en su programa decía: "Los compas del lugar X, aguas porque allá andan los limones", porque el uniforme de la migra es verde. Pero también se van pasando la voz por otros canales, ya ven que para eso nos pintamos solos.

Así que las modalidades van cambiando, y ahora las redadas son en los lugares en los que la gente está más vulnerable. Saben en qué esquinas se paran los jornaleros para ofrecer su trabajo como albañiles o carpinteros, hagan de cuenta como los del zócalo del D.F.; casi siempre es cerca de un Home Depot o alguno otro lugar de venta de materiales. Ahí hacen las redadas; el jornalero se esconde y esos días no puede trabajar y por ende no gana dinero, y considerando que hasta ahora van más de dos semanas de redadas, se podrán imaginar lo que eso significa para esta gente. Otros lugares son los bazares de fin de semana, e incluso las iglesias. Las escuelas vespertinas para adultos en las que se dan clases de inglés también son un buen punto: los latinos salen de trabajar, se van a la escuela, van saliendo a las 10 de la noche y a esa hora los están esperando afuera. Pero lo peor es lo que hacen en las escuelas de los niños. Cuando la mamá o el papá están llevando a sus hijos a la escuela, ahí los agarran. Agarran solo a los papás, porque la mayoría de los niños son ciudadanos porque ya nacieron aquí. Entonces el niño se tiene que chutar la bonita escena del "apañón" de su papá, se queda sólo llorando a media calle, pero además al papá lo mandan derechititito a Tijuana; si agarraron a una mamá soltera o a los dos papás, los niños se tienen que quedar con un familiar o un vecino hasta que los papás logren pasar otra vez. Porque así es; los deportan y todos regresan, o al menos mueren (literalmente) en el intento. La Casa del Migrante en Tijuana acaba de reportar que, de los deportados que han llegado en las últimas semanas, el 70% ya ha hecho contacto con algún pollero para que lo vuelvan a cruzar (con sus respectivos tres mil dólares de pago). En los últimos días se ha dicho que incluso llegan a tocar a las puertas de las casas, sacan a la gente, y si no pueden comprobar que están legales, los detienen y los deportan.

Ya se imaginarán la cantidad de historias que surgen a partir de esto; unas muy trágicas, otras francamente de risa. Como la del alcalde de Pomona, que era latino y estaba arreglando su casa. Fue al Home Depot a comprar materiales para hacer los arreglos, en fachas por supuesto, y que le toca una redada y que lo agarran. Y ahí va con todos los detenidos; por supuesto cuando llegó a los separos ya había hecho mil llamadas y se armó una de aquellas; pero es que estos no preguntan, primero te agarran y después investigan. Incluso han detenido a gente que no es latina, pero los ven morenitos y por el rumbo inadecuado, y órale.

El fin de semana pasado hubo una super marcha de protesta organizada por grupos de defensa de los latinos; los medios en español le han dado mucha cobertura al asunto, los medios en inglés no pelan mucho y la gente tiene un miedo tal que no sale de su casa. En ciudades como Pomona y Ontario las calles están vacías. Se ve a una mujer llevando a diez o doce niños a la escuela, porque es la única del vecindario que está legal. La gente no abre la puerta, no circula por ciertas calles, no va de compras. Tenemos varios amigos en esa situación, gente que tiene aquí entre cinco y 17 años. Gente que llego de 18 años, que ha hecho una carrera, que ha comprado un auto, que paga impuestos, que incluso son personajes públicos (dos de ellos han trabajado como locutores de radio), pero que hoy andan temerosos, evitando ciertas zonas y con el teléfono del consulado y de un abogado en la cartera. Una amiga publica un periódico en la ciudad de Lynwood: se quedó casi con la edición completa de este mes porque le da miedo salir a repartirla, ya que esa es una de las ciudades con mayor índice de mexicanos en todo el condado de Los Ángeles.

Cuando preguntamos por qué vino este "boom" de detenciones tan de repente, las versiones son varias: que se da periódicamente para meter miedo a la gente, que se están realizando justo en las zonas en donde ha habido presión para que se autorice la ley que permita dar licencias a los indocumentados, que tiene algo que ver con el próximo proceso electoral. Pero alguien nos dio una posible explicación que no se si sea cierta, pero es super interesante.

Como les conté en un mensaje anterior, los mexicanos sin papeles no tienen derechos, pero eso sí, pueden ofrecer su trabajo a un precio bajísimo y además pagar impuestos. Cualquiera, aunque no tenga papeles, puede tramitar su ITIN (Individual Taxpayer Identification Number); con ese numerito va y paga sus impuestos y nadie se queja. La cosa es que por ley cada año, después de la declaración anual, el gobierno regresa el dinero de los saldos a favor, puntualmente (como se supone que tendría que ser en todos los países). Y los indocumentados con frecuencia tienen saldo a favor. Entonces la hipótesis es que cuando viene el periodo de devolución de impuestos se organizan las redadas; el trabajador se va, pierde su empleo e incluso su casa, que por lo general es rentada; el gobierno no pierde mano de obra porque sabe que en unos meses van a regresar, y van a regresar a buscar un nuevo empleo, en donde van a tener que empezar otra vez desde abajo, cobrando por su trabajo menos de lo que ya cobraban, y tendrán que sacar un nuevo número falso de seguro social, un nuevo número de ITIN, y el cheque que les tocaba por el ejercicio fiscal anterior se desvanece en el aire. O en las arcas del gobierno.

Política nacional

Muchos de ustedes nos han escrito preguntándonos si sabemos del enorme circo que ha sido la política mexicana en los últimos meses y qué se dice por acá al respecto. Creo que casi todo nos llega. Extrañamos muchísimo a CNI, pero a través de Galavisión nos llega el noticiero de López Dóriga y gracias a DirectTV el de Canal Once y los lunes Primer Plano. La señal de Radio Fórmula llega hasta aquí, así que nos chutamos los programas del mismo López Dóriga, el de Ciro Gómez Leyva, el de Pepe Cárdenas y el de los "alebrijes" (David Páramo y sus secuaces). Voluntariamente a fuerza nos tuvimos que suscribir a Reforma en línea, y también checamos La Jornada, Milenio y El Universal. Y Proceso llega a un puesto de periódicos de aquí cerquita, pero siempre tienen el de la semana pasada. Además, La Opinión, el periódico más importante en español, reproduce editoriales de varios periódicos mexicanos.

Como podrán ver, sí sabemos lo que pasa, aunque siempre nos faltan los chismecitos de pasillo y por supuesto los chistes al respecto (por cierto: ya tenemos computadora en casa y Yahoo acaba de aumentar su capacidad en los buzones de correo, así que si nos quieren reenviar algún chascarrillo que valga la pena, ahora sí se les agradecerá).

La percepción desde aquí es otra: francamente nos indignamos con muchas cosas, pero otras hasta risa dan cuando se ven de lejos. Como el debate por el cambio de jardineras en Reforma o la visita de Rosario Robles al reclusorio; en verdad, como de comedia. Lo otro, lo de los videos, las demandas de juicio político, las descalificaciones, nos tienen de pronto medio "empachados". No sabemos si las cosas siempre han sido así de densas y nunca nos habíamos dado cuenta, o sí casualmente estando aquí se dieron en cascada todos estos acontecimientos que tienen convertida a la política nacional en un zoológico.

Lo más triste es que el partidismo, que es lo más importante allá, aquí es lo de menos. Los medios dicen que López Obrador, que Estrada Cajigal o que Murat, y nosotros leemos PRD, PAN o PRI. Pero aquí no. El grueso de la gente de origen mexicano (y no hablo de gente obrera indocumentada; hablo de gente que trabaja en los medios, profesionista, más o menos informada) no tiene idea de quién es quién y menos qué partido es cuál; para ellos todos son políticos, y al final el comentario es el mismo: "Ay, estos políticos mexicanos siempre igual de rateros y corruptos; están igualito que cuando me salí", me dijo un hombre que lleva ¡50 años! viviendo aquí. Chéquense esto: otra chava que tiene 15 años aquí no me creía cuando le dije que el D.F. está gobernado por un partido de izquierda. Me vio con cara de "esta pobre loca" y simplemente no me creyó.

El tema que sí interesa y enciende pasiones es el relativo al voto de los mexicanos en el extranjero. Las organizaciones aquí están presionando para que se logre; cada reunión de los líderes de las federaciones de los estados en California con el Consulado lleva al tema. Hay quienes dicen que si no vives ahí no debes votar, que ni puedes conocer a los candidatos ni puedes valorar el trabajo de los gobiernos como para saber si sigues respaldando a un partido. Pero el argumento de ellos es contundente: somos la segunda fuente de ingreso después del petróleo, nuestro dinero paga impuestos y genera riqueza y tenemos derecho a decidir quién va a administrar esa riqueza. Tienen un punto: el año pasado las remesas (las registradas) fueron de 14 mil millones de dólares.

Por lo que toca a los gringos, la verdad es que lo que pase en México no les importa mucho. Platiqué con una chava que es ciudadana gringa de origen filipino, muy interesada en cómo ha sido el cambio de partido en México y cómo nos está yendo, pero nunca supo decirme el nombre de nuestro presidente. "Fox", le dije yo, y ella me vio un poco apenada por no haberse acordado de un apellido tan fácil, sobre todo si hablas inglés. Le dije que ha tenido graves deficiencias, en materia económica, sí, pero sobre todo políticas, en política interior principalmente, aunque también en política exterior. "Pero si es muy amigo de Bush, ¿no?". Guardé un silencio cordial y respetuoso.

Otro amigo, gringo también, me preguntó que cómo es que en la política mexicana no ha podido haber un aspirante a la presidencia bien intencionado, sin planes de abusar del poder y con un deseo legítimo de ayudar al país. "No entiendo que entre 100 millones de personas no hayan encontrado a uno solo". Le dije que yo creía sinceramente que Fox era un hombre bueno y bien intencionado, que deseaba lo mejor para su país; pero que en la política mexicana y en cualquier otra, las buenas intenciones no son suficientes.
- "¿Entonces qué le falta"?, me dijo.
-("Güevos", pensé yo). "Carácter y colmillo. Ser político", dije yo.
Se quedó pensando en lo del colmillo, y se lo traduje como "la malicia que da la experiencia". Creo que se quedó igual.

Aguacatitos

Para quienes me han preguntado sobre el tema, lo que pinta mejor, mucho, mucho mejor, es la comida. Empezamos comprando en los supermercados cercanos a la casa: frutas y verduras preciosas a precios prohibitivos. Luego alguien nos dio el tip de un super llamado Vallarta, que es de un mexicano y está sensacional. De entrada, el techo está pintado de azul clarito y en cada caja hay una altísima palmera artificial (esa es su manera de "recrear" Vallarta, supongo). En la entrada está el área de comida, con sus mesitas y todo, y es una delicia: pancita, birria, barbacoa, chiles rellenos, chilaquiles, tacos de carnitas, bisteces a la mexicana, sopecitos, todo debidamente acompañado de arrocito a la mexicana, guacamole, salsitas molcajeteadas y frijolitos refritos con manteca. Comida "de a deveras", pues (espero que la querida Nohemí Colín ignore este apartado).
Una de mis primas me decía: "ay, pero no es la mismo sazón...". Pues a veces hasta mejor, porque obviamente a quienes tienen ahí cocinando es a las mujeres de los pueblos que se vinieron a alcanzar al marido que se vino de mojado y que decidieron buscar una chamba en donde pudieran hablar en español y hacer lo que saben. También venden pan dulce, tamales y tortillas que están haciendo ahí mismo (es sensacional el ruido de tortillería en medio del super), así que compras tu paquete de tortillas calientitas. En ese mismo lugar importan todo de México; díganme cualquier cosa, enlatada, envasada o natural, y ahí lo tienen. Lo único que no he encontrado es flor de calabaza; de ahí en fuera, todo.
Así que estábamos siendo muy felices comprando en el Vallarta, cuando alguien nos dio el tip de un mercado en el sureste de Los Ángeles. Fuimos, y no’mbre...! Hagan de cuenta que entran a un meracado mexicano; tal cual. Todo en español, los letreros, los precios, el "pásele pásele", todo. La fruta y la verdura, baratísima y deliciosa. Y, por fin: unos aguacates que han hecho las delicias de cada comida. Pero además la carne, el pollo, el queso, todo, con sabor a nuestra casa. Nos ha cambiado la vida. Claro, llevamos dos semanas sin ir, porque ahí andan siendo las redadas, y como estos no investigan, ni de chiste queremos pasar el mal trago para que al final nos salgan con el internacional "disculpe usted".
Y ya para terminar, les cuento de Cruz. Cruz es un señor que tiene un camión, hagan de cuenta como repartidor de Bimbo, pero este tiene unas frutas dibujadas y dice "Cruz Produce". Este hombre es una miscelánea mexicana ambulante en la zona de Hollywood, donde lo interesante es que habemos muy pocos mexicanos. Pues el tipo llega diario como a las ocho de la noche; como vivimos en un área en la que el estacionamiento en la calle está restringido, no se puede estacionar; así que toca dos veces su potente claxon con la melodía de La Cucaracha. Cuando en medio del silencio de la noche se oye: "Turururú-ru, turururú-ru, túru-túru-túru-rú....!, todo el mundo sabe que ya llegó Cruz y sale corriendo. El tipo detiene su camión en doble fila y de volada se forman un montón de chinos, negros y gringos que salen de sus depas para comprar: huevo, fruta, verduras, pan bimbo, pan dulce –que según nos dijo trae de Tijuana-, cigarros –que también trae de Tijuana y son más baratos que aquí-, cocas, leche, crema, bolillitos, pero además trae colgando del techo: Miguelitos, Tama-rocas, paletas Vero, pepitas y cacahuates enchilados, papas Sabritas y Cazares, en fin, mil cosas.
La gente ya sabe que tiene que comprar rapidito, porque no se puede parar más de diez minutos, y mientras él vende en su regular espanglish, su mujer –gordita, de mandil- sentada al volante echa aguas para que no los agarre una patrulla. Es bien interesante que somos los únicos mexicanos que le compramos, y sin embargo lo que más rápido se le acaba es el pan dulce; el otro día un güero formado delante de mí se "agandalló" las seis "conchas" que traía y me dejó puros "ojos de pancha"... gacho!