domingo, noviembre 21, 2004

Political affairs’ Recado

En busca de la política

Empiezo por decir que nuestra "reciénllegadez" a Estados Unidos no nos quita el interés político, pero sí nos hace víctimas de enormes vacíos que resultan en falta de información de pasillo. Por un lado, la geografía política de este país es muy particular; en México, si vives en el D.F., fácilmente tienes el pulso de una gran parte del país, debido a la centralización de poderes, a que ahí está la sede de los partidos políticos y la sede de los principales medios de comunicación. Tienes todo a la mano.

Este país es diferente en ese sentido. Aunque Washington D.C. concentra los poderes, los partidos políticos dividen su peso en diversas sedes además de la de Washington; aún así, en el caso de California el punto de interés no está en Los Ángeles, sino en Sacramento, la capital. Las cadenas de televisión, por su parte, compiten por las exclusivas pero "circulan" las sedes; así, los debates presidenciales se dieron en exclusiva a una cadena diferente cada vez (NBC la primera vez; ABC la segunda y CNN la tercera) y cada una transmitió desde distinta sede. Por supuesto, como algunos de ustedes sabrán, ninguna de ellas estuvo en California. Lo que quiero decir es que no hay sólo una ciudad clave para estar al tanto de todo lo que ocurre, pero encima de eso, la ciudad en la que estamos no es, ni lejanamente, de las que juegan un rol protagónico en lo que a política federal institucional se refiere.

El otro asunto es que tampoco hemos dado con la sociedad más politizada de esta ciudad. Muchos de nuestros amigos están indocumentados o son residentes, pero no ciudadanos, y el hecho de que no puedan votar hace que pierdan interés en la contienda, aunque tengan un candidato favorito "por default". Nosotros seguimos atentamente los tres debates, pero dentro del medio en el que nos estamos moviendo hasta ahora, fuimos los únicos. Hace poco hicimos contacto con un grupo interesante; estuvimos en una reunión y salió el tema, pero eso fue en días recientes.

Con este contexto, que expongo sólo para dejar claro que tengo sólo una muy pequeña parte de la fotografía completa, procedo a hacer mis observaciones.

Anyone but Bush

Lo primero que hay que resaltar es el ánimo anti-Bush. Se lo dije hace tiempo a un amigo que se burló de mí, diciendo que si yo creía que eso sólo ocurría en California; "pero si eso lo piensan todos desde Argentina hasta Canadá", me dijo. Pues sí, pero bueno fuera que al interior de todo Estados Unidos fuera así. California tiende a ser demócrata (a pesar del tropezón con "Shuarsenéguer"), y el hecho de que haya un elevado índice de indocumentados hace que cualquier connato de conservadurismo sea vituperiado, lo cual está ocurriendo con el flamante "goberneitor", y por supuesto, con el propio Bush.

Pero ojo, no es lo mismo anti-Bush que pro-Kerry; creo que eso lo tenemos claro como mexicanos, porque en nuestras históricas elecciones del 2000, muchos, más que votar por Fox, votaron contra el PRI. Aquí ocurre algo similar.

Empiezan a abundar las estampas en los autos con leyendas tipo: "Beat Bush in 2004"; o "Anyone but Bush". La consigna es sacar a Bush; que llegue el que sea, pero que salga Bush, cuya política belicista ha dejado de lado la política migratoria, que es uno de los temas pendientes por acá.

Sin embargo, veo dos "peros" ante esta postura. El primero, es que el resto del país no piensa así. Las encuestas, todas, dieron por ganador a Kerry en los tres debates; pero las encuestas, TODAS, siguen teniendo a Bush arriba en las preferencias electorales. Se habla de un 10% de indecisos en el electorado, de los que hablaré más adelante. Pero el hecho es que, en las preferencias definidas hasta hoy, Bush va por la reelección. Por lo poco que he podido platicar con gente pro-Bush, las razones van, desde una absoluta ignorancia que hace que esta gente afirme que "todos los árabes son malos" (textual), hasta la idea de que los migrantes, de los cuales una gran parte son mexicanos, violan la ley al entrar al país ilegalmente y por ello no merecen ningún atisbo de legalidad. Esta gente apoya al "goberneitor" en su decisión de no dar licencias a migrantes indocumentados, y apoya a Bush cuando dice que no habrá amnistía; pero esta misma gente -en concreto una chica mexicana casada con un gringo, que me dijo esto de manera apasionada y se jacta de vivir en la legalidad- contrata a estos indocumentados mexicanos (el jardinero, el carpintero, la señora del aseo) porque les paga menos que lo que le tendría que pagar a un gringo y no les tiene que dar prestaciones. Pero eso sí, que no osen aspirar a una licencia de conducir; por eso, ella apoya a Bush.

Sorprendentemente, también me han tocado personas que creen que la guerra contra Irak fue una guerra justa y digna, "porque ellos atacaron primero derribando el WTC". Y cuando les dices que no, que las torres gemelas no las derribó Irak, sino Afganistán, y que no han ido a una, sino a dos guerras, y que la segunda no tenía motivos (realmente la primera tampoco, pero en fin), verdaderamente no entienden de qué les hablas. "Porque Hussein representaba un peligro, eso lo saben todos".

Todavía no entiendo mucho de economía gringa, y creo que el balance de esta administración no es malo, aunque no sé que tanto influya en eso el hecho de estar en guerra; sin embargo, el desempleo y el empleo informal se han incrementado (¿les suena conocido?). El caso es que hasta el momento no me ha tocado hablar con gente que me dé argumentos diferentes, que sean contundentes, para defender a este asno presidencial.

El segundo inconveniente que veo es que, al querer sacar a Bush a cualquier precio, se está dando una falta de búsqueda de información fidedigna sobre lo que ofrece Kerry, quien al parecer tampoco es el candidato ideal, pero tiene algunas propuestas rescatables.
De lo que he visto hasta ahora, hay tres aspectos generales que me han llamado la atención. El primero es que él plantea que Bush cometió un error al ir a la guerra solo, sin un apoyo real de otros países. El tipo asegura que la política internacional tiene que ser regida por el consenso de naciones y las acciones emprendidas por cualquier gobierno deben ser legitimadas por una parte importante de la comunidad internacional. Hasta ahí, me gusta. Sobre el retiro de tropas en Irak, es cauteloso.

Otro aspecto que me gustó es que, sin ser abiertamente liberal, en su discurso ha manifestado respeto por las diversidades religiosa y sexual. En el primer aspecto, aunque se confiesa creyente, no exhibe ni utiliza su religiosidad como propaganda, lo que sí hace Bush. En el segundo aspecto, apela a la tolerancia, el respeto e incluso deja ver que podría apoyar el reconocimiento legal de las preferencias sexuales diferentes; Bush, en cambio, condena cualquier relación diferente a la relación hombre-mujer.

El tercer aspecto es el relacionado con los migrantes. La oferta más generosa de Bush en ese sentido es un acuerdo de empleo temporal. Kerry fue más allá en el último debate, dejando ver que impulsaría una amnistía para los residentes ilegales sin antecedentes penales, que hayan desarrollado una vida productiva en E.U., tengan hijos nacidos aquí y hayan pagado impuestos en los últimos años. Esto último, tal vez, podría influir en algunos de los indecisos.

Voto Latino

Voy ahora a ese tema, el 10% de indecisos. En todos los medios, gringos y extranjeros, se ha mencionado en más de una ocasión que la comunidad latina será decisiva en estas elecciones. Bueno, la latina o cualquier otra; recordemos que la elección anterior se definió al final por menos de 600 votos. Pero a lo que se refieren muchos de los analistas es al hecho de que una parte importante de este 10% estaría conformada por latinos de segunda o tercera generación.
El problema con los latinos, no sólo con los indecisos, sino con todos, es que ninguno de los dos candidatos ofrece algo que haga que esta comunidad se identifique con ellos. Bush, siendo hijo de quien es, está lejos de conocer la realidad, no sólo de los mexicanos, sino de la comunidad migrante en su país; es un hombre que al parecer piensa que su país, y el mundo entero, son ranchotes como el suyo en Texas, parejos, parcos y sin matices. Kerry, por su parte, es originario de Massachussets y honra al más puro tipo bostoniano. Viene de un entorno en el que nadie se apellida Pérez ni López, y en el que las "housekeepers" (bonita palabra para denominar a las sirvientas) son negras, no latinas. Y como muchos de ustedes saben, su esposa, Teresa Heinz, es la heredera de un importante imperio de productos alimenticios, lo que nos lleva a que el fulano no tiene la más remota idea de lo que pasa en el este o el sur de Los Ángeles o en las comunidades latinas de otras ciudades de Estados Unidos. ¿Cómo es que esperan que esta comunidad latina, "decisiva" según ellos, vea en alguno de estos dos a "su" candidato? Lo que resulta de ello es un elevado índice de abstención en nuestra comunidad, la comunidad latina; creo que ese 10% de indecisos, al final se puede convertir en un 10% de abstenciones.

Esta comunidad, influyente en la economía nacional, en la cultura, en las cadenas productivas, en la diversidad gastronómica, musical, artística, no piensa a largo plazo. En el ámbito local, nos tocó ir a un desfile del 15 de septiembre, y la gente en las calles sostenía letreros con el nombre de un candidato a la alcaldía de la ciudad, que es popular porque ha impulsado la iniciativa de ley que permitiría dar licencias de conducir a los indocumentados. La gente latina en California puede o no tener una postura sobre la guerra o sobre política económica, pero, al igual que en todas las sociedades, las necesidades inmediatas son el caldo de cultivo de las propuestas políticas, y sorprendentemente los candidatos a la presidencia no parecen saberlo y se empeñan solamente en aprender a decir "buenous días, amigous"; no hay agenda en sus plataformas políticas que apele a las necesidades de esta comunidad, indocumentada o ciudadana, y quien sí puede ir a las urnas, como que no entiende para qué, si nada de lo que ocurra impactará directamente su realidad.

Una parte a resaltar de todo esto son las excelentes campañas de invitación al voto que hay en todos lados. Estoy muy asombrada de ver el absoluto interés que decenas de organizaciones ponen en ello. Ya hablaré de esto en mi próximo recado.

En fin, para terminar por hoy con este tema, es cierto; la mayoría de los latinos que votará, al menos en California, lo hará por el partido demócrata; pero pocos, poquísimos, votarán por Kerry y su plataforma de gobierno. Y como lo vimos en el caso mexicano, a mediano plazo eso también podría ser un peligro. Aunque las encuestas dicen que no tanto: ojalá, ojalá que Bush no ganara, pero todo parece indicar que tendremos rebuznos de aquí hasta el 2008. Dios nos agarre confesados.