viernes, abril 23, 2010

Recado del boicot a Arizona


Tras la firma de la ley SB1070 en Arizona este viernes algunas personas me empezaron a preguntar detalles sobre la iniciativa y sus consecuencias. Transcribo a continuación el post sobre el tema que publiqué en mi blog Migrantes de El Universal.



Boicot a Arizona

La mañana de hoy Arizona se metió en un viaje en el tiempo. Con la firma de la iniciativa de ley SB1070, la gobernadora Jan Brewer llevó a este estado fronterizo al siglo XIX, cuando la entidad se incorporó a la Unión Americana bajo el nombre de Estado de Arizona. Habiendo formado parte del territorio mexicano y siendo habitada por grupos indígenas como los Pueblo, los Yaqui o los Navajo, Bringham Young, el entonces dirigente de la Iglesia de los Santos de los Últimos días, o mormones, decidió poblar la zona con personas de origen europeo. Bajo esa premisa fueron fundadas ciudades como Phoenix, Tempe y Prescott, que hoy son el corazón del estado.

Durante más de un siglo la búsqueda por la supremacía anglosajona ha marcado a Arizona como uno de los estados con políticas más retrógradas y racistas de la Unión Americana. Algunas de las leyes antiinmigrantes más radicales se han cocinado ahí y la entidad está considerada el laboratorio legislativo del país: se impulsan leyes antiinmigrantes en Arizona y de ahí se extienden a otros estados.

Es en Arizona, en el condado de Maricopa –al cual pertenece Phoenix, la capital- donde el sheriff Joe Arpaio, operando con dolorosa impunidad, ha aterrorizado a los habitantes de origen latino en busca de “limpiar” a las comunidades de inmigrantes indocumentados –aún cuando sean estos mismos inmigrantes los que podan los jardines, construyen sus casas, cuidan a sus hijos, largo etcétera. Es en Arizona también donde en 2004 se aprobó la Proposición 200, que niega el acceso a servicios públicos a quien se encuentre en el país sin documentos.

La ley SB1070, aprobada el 19 de abril pasado por el Congreso estatal y firmada hoy por la gobernadora republicana Brewer, va aún más allá. No sólo sanciona a quienes proporcionen cualquier tipo de transporte o alojamiento a una persona indocumentada, incluso si ésta es de su propia familia, sino que castiga a los oficiales de las agencias del orden –departamentos de policía o del sheriff- que sospechen que una persona es indocumentada y no lo detengan para corroborar su estatus.

De acuerdo con la legislación vigente, las agencias del orden únicamente pueden detener a una persona y pedirle que acredite su estatus migratorio bajo sospecha de un crimen grave. Las leyes federales prohíben que las autoridades locales realicen funciones de agentes migratorios, salvo en algunas excepciones. Si bien es utilizando esta licencia que personajes como Arpaio operan en su jurisdicción, en términos generales esta medida protege a quienes no tienen documentos y están en el país buscando una vida mejor para sus familias.

Bajo la SB1070, esta garantía quedará eliminada. La ley no sólo favorece la detención sin motivo de cualquier persona, sea inmigrante o no, tenga documentos o no, sino que estimula la práctica del perfilamiento racial al exigir que se detenga e investigue a quienes “parezcan” indocumentados. ¿Cuáles la definición física de un indocumentado? En un país donde la inmigración proviene de cualquier rincón del mundo, y donde la mayoría de los inmigrantes y sus descendientes cuentan con un estatus migratorio legal, ¿cómo se reconoce a alguien que está en el país de manera ilegal? La respuesta para las organizaciones de defensa de los derechos civiles es clara: será aquél que tenga la piel obscura, que no hable inglés, que lo hable con acento o que de plano hable español.

En la mira estarán entonces quienes viven aquí desde los tiempos previos a don Bringham Young; los que son morenos porque el sol de Arizona ha curtido la piel de sus familias por siglos; los que se apellidan López o Méndez porque descienden de los españoles que colonizaron estas tierras; y también los que andan por la calle con su gorra de los Suns o su playera de las Chivas, con papeles o sin ellos. Los que “se vean” latinos, estén en el país como sea que estén. Esta no sólo es una ley antiinmigrante; es una ley racista que pone a Arizona en una vergonzosa posición que no refleja los principios fundadores de este país.

De acuerdo con las normas legislativas, la SB1070 entrará en vigor 90 días después de que finalice la sesión legislativa en Arizona; esto podría ser en agosto. Las organizaciones de defensa legal ya preparan las demandas correspondientes para parar esta ley bajo el argumento de que ninguna ley estatal está por encima de la Constitución y las leyes federales –que prohíben la práctica del perfilamiento racial.

Pero mientras esto ocurre, los grupos activistas han llamado a realizar un boicot económico y turístico en contra del estado. La idea no es descabellada, ya que existe un precedente exitoso.

En 1983 se estableció a nivel nacional el 15 de enero como la fecha para recordar al líder de derechos civiles Martin Luther King; sin embargo el gobierno de Arizona se negó a firmar la ley que lo instituía como día feriado a nivel estatal. A principios de los años noventa el reverendo Jesse Jackson convocó a un boicot en contra del estado, el cual tuvo una gran acogida nacional. En 1991, gracias a presiones de sus jugadores afroamericanos, la NFL tomó la decisión de mover la sede del Super Bowl, que hasta ese momento se celebraba en Phoenix, y trasladarla a Pasadena, California. Un año después, Arizona firmó la ley.

En esta ocasión las organizaciones ya han llamado a la comunidad latina a iniciar el boicot. Los dirigentes han pedido que cese la asistencia a los partidos de los equipos deportivos del estado, jueguen donde jueguen, y a los artistas latinos que cancelen sus presentaciones en la entidad. Se ha pedido que la gente no utilice la línea aérea US Airways, con sede en Phoenix, y que los habitantes de Sonora eviten cruzar la frontera para realizar actividad comercial. Se ha pedido a las grandes empresas que cancelen sus convenciones o congresos en el estado, y a la población nacional que evite el consumo de productos agrícolas cultivados en Arizona. Los transportistas del Puerto de Los Ángeles, el más importante del país, acordaron negarse a llevar contenedores a ese estado.

Además del impacto económico, Arizona podría sentir en los próximos meses el golpe electoral. Se ha comprobado que medidas similares a la SB1070, como la 187 en California o la propia 200 en Arizona, han generado un debilitamiento de las bases republicanas que los demócratas han capitalizado a su favor, particularmente por lo que se refiere al voto latino. Y el estado va a elecciones el 2 de noviembre.

Las consecuencias del viaje en el tiempo en el que se ha embarcado Arizona se verán a corto plazo; en las cifras económicas, en el turismo y en las urnas. Y es muy probable que entonces el estado descubra que en materia de derechos civiles, ni se puede regresar el tiempo, ni se puede dar marcha atrás.

martes, abril 20, 2010

Recado de las cosas como son


Trabajar en medios de comunicación tiene sus agridulces. Tienes acceso a mucha información, y si estás en el área de noticias tienes un asiento de primera fila en la Historia (esta bonita frase es de @jmrobledo). Pero si te toca escribir, uno de los retos es ser lo más objetivo posible, y el otro es decir las cosas como son aunque en ocasiones no puedas utilizar exactamente las palabras que el otro dijo. Tal vez así escribes en un blog, o en un espacio personal; pero si escribes en un medio formal, debes encontrar un justo medio, y moderarte para decir las cosas sin ofender a nadie.

Eso pasa en el diario para el que trabajo, que tiene más de 80 años de historia y cuenta con razonable credibilidad. No es un diario amarillista, no le da bola a escándalos, no publica fotos de encueradas ni de cadáveres. Y a menos que sea necesario, no usa palabras consideradas altisonantes. Eso no quiere decir que no se digan las cosas; de hecho la línea del diario se ubica del lado liberal de la calle. Pero es una cuestión de sentido común: si alguien dice “ese hijo de puta”, pues pones “ese hijo de p…” y nada cambia, la gente entiende. En el caso de un medio como este, no me molesta esa línea; la entiendo y la comparto.

La mayoría de los medios serios tienen políticas similares. En esa medida, quienes quieren dar un mensaje a los medios y ser tomados con seriedad, hacen lo mismo. Así que hay palabras que no escuchas con mucha frecuencia, y si las escuchas, es porque el caso lo amerita. Y si lo amerita, lo escribes. Y si habitualmente no lo escribes, cuando lo haces, el mensaje llega.

Hoy me pasó. Estuve en una conferencia de prensa en la que se presentó una nueva demanda en contra de los cardenales Norberto Rivera de México, y Roger Mahony de Los Ángeles, por encubrir a Nicolás Aguilar, el cura pederasta que trae encima cerca de 60 acusaciones de abuso sexual en los dos países, que tiene una orden de extradición a Estados Unidos, pero al cual al gobierno mexicano no se le ha dado la gana detener. La demanda es la tercera que le plantan a Rivera en Estados Unidos; las dos anteriores no prosperaron, pero esta tiene una posibilidad porque se planteó utilizando una ley internacional que permite que en cortes estadounidenses tomen casos que involucran a ciudadanos mexicanos.

En medio de la platicadera de los abogados y los periodistas, un hombre tomó el micrófono. Era Manuel Vega, quien durante varios años fue víctima de un sacerdote que oficiaba en California; el cura hoy está prófugo en algún lugar de México.

Las preguntas y respuestas iban y venían en torno a los términos legales de la demanda, a la defensa de los cardenales, al historial de Aguilar, al arreglo económico al que llegó la Arquidiócesis de Los Ángeles con sus víctimas. Algo se nos estaba olvidando, pero Vega se encargó de recordárnoslo.

“Yo sólo quiero decir algo más”, soltó de pronto, pidiendo el micrófono parado ante una decena de cámaras y varias grabadoras. “Yo creo que ustedes, como medios de comunicación, tienen que mandar un mensaje muy directo, porque la gente no quiere ver este problema. Si sabemos de un caso de pederastia en la casa de un vecino, inmediatamente denunciamos; pero la gente va a la iglesia cada domingo sabiendo que esta institución encubre estos hechos y no hace nada. Todos sabemos lo que es la penetración, la cópula y la masturbación. Bueno, en este caso estamos hablando de penetración; del pene de un hombre entrando en el recto de un niño sin ningún tipo de lubricación. Estamos hablando de heces fecales, de sangre y de semen. Lo digo así porque de eso se trata esto; pero por alguna razón la sociedad no quiere escuchar”.

De eso hablamos. Las cosas como son.