jueves, junio 30, 2011

Recado pa' tomarnos un café


Bueno, ustedes no perdonan, gente. Apenas digo "ya regresé" y ya me están tronando el látigo: "Ya pasaron muchos días, no has puesto nada, blah" (te estoy viendo, Carmen). Ah, pero es que miren: yo escribía, pero para otro changarro.

Resulta que Ángel, echándole leña al fuego del regreso, me invitó a participar en la sección Blogger Café de su blog El Ornitorrinco en Línea. La cosa era escribir por qué blogueo, para quién, usando qué herramientas, con qué frecuencia, largo etcétera.

Redactando el textito me fue cayendo el veinte una vez más de lo chido que se da la relación con el mundo a través de un blog. Como en el recado anterior me puse re-cursi, no repetiré aquí nada de eso, pero si alguien lo quiere leer, vaya corriendo al citado texto y echémonos una platicada allá. Cuéntenme, por ejemplo, cuál ha sido la mejor experiencia que han tenido a raíz de que escriben su blog, qué cosas chidas les ha dejado, qué es lo que ven venir. Tenemos un buen pretexto para reivindicarlos, que al fin son nuestros.

Dicho lo anterior, píquele usted

miércoles, junio 22, 2011

Recado sobre volver (recado de quinto aniversario)



Hace algunas semanas intercambiaba tuits con alguien con respecto al escabroso tema de las nacionalidades y los estereotipos vinculados con ellas. En tuiter, debido a la restricción de 140 caracteres, resulta muy difícil exponer argumentos bien sustentados sin correr el riesgo de que se caiga en malentendidos. Como la brevedad se impone, el que escribe debe eliminar las palabras “colchón”, como les llamo yo; aquellas gracias a las cuales las frases suenan más amables, menos agresivas y que dejan en claro que aunque uno tenga puntos de vista diferentes, un intercambio de argumentos no es necesariamente un pleito.

Siento que debido a esta circunstancia las personas pueden sentirse agredidas cuando planteas una opinión distinta a la de ellas, por lo que opté por retirarme del debate. Como espectadora de tuiter he visto esta situación con más frecuencia de la que quisiera, y esto es porque se nos olvida que para el intercambio inteligente de ideas bien desarrolladas existen otras plataformas menos efímeras y que logran mejor su objetivo. Y entre ellas, sin duda el rey sigue siendo el blog.

Durante el último año, año y medio, la debacle de los blogs se volvió cada vez más evidente; la mayoría postea menos y muchos dejaron de actualizar hace meses. Nos fuimos con la inmediatez del tuiter, el fix de información-alimentodelego-satisfactordelvouyerismo que la maquinita de las frasecitas cortas nos da con abundancia en bien poquitos minutos. Sin embargo en los últimos días he conversado con algunas personas y todos coincidimos: necesitamos que vuelva el debate inteligente, el razonamiento pausado, el orden en las ideas, el argumento sólido y el regocijo de la palabra, sobre todo si ésta es en español: necesitamos que regresen los blogs.

Dicen que no hay quinto malo, y trepándome oportunistamente en este dicharajo, he decidido por enésima vez revivir este blog. Sé que no tendrá la actividad frenética que tuvo en sus mejores momentos, cuando todos nos leíamos, nos comentábamos, debatíamos y nos tomábamos el tiempo para leer; sin embargo confío en que algo bueno saldrá del esfuerzo y que más de alguna vez una idea brillante se cruzará por estas líneas –muy probablemente en los comentarios más que en los posts. Ojalá esto ayude para que volvamos a escucharnos más allá de 140 caracteres.




Esta foto me la tomó mi madre el día de mi quinto cumpleaños ¿Se fijan? Con cinco pisos en el pastel. Hoy mi blog cumple cinco años, y porque no hay quinto malo, comparto con ustedes mi voto para que cumpla muchos más.

Re-empezamos.