lunes, mayo 01, 2006

Recado boicotero

“Empacó un par de camisas, un sombrero,
vocación de aventurero, seis consejos, siete fotos, mil recuerdos...
El mojado tiene ganas de secarse.
El mojado está mojado por las lágrimas que bota la nostalgia”.
-Ricardo Arjona

Tuvo que pasar más de un mes después de la multitudinaria Gran Marcha celebrada en Los Ángeles el 25 de marzo, para que yo pudiera sentarme a enviarles este recadito, que formalmente está siendo terminado el primero de mayo, lo cual celebro, porque eso le da a este texto un simbolismo adicional.

Como les conté en correos pasados, este mes ha sido una locura, pero una locura bien sabrosa. Supongo que la gran mayoría de ustedes sabe algo o mucho sobre la ley Sensenbrenner, la iniciativa presentada por el senador republicano del mismo apellido, originario de Wisconsin, ignorante, racista y güey. Y estos calificativos se los endoso no sólo por lo aberrante de su propuesta, que oficialmente lleva el sonoro nombre de HR4437, sino porque con ella, sin saberlo, le hizo un favor a los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos. Voy por partes.

Mucho de lo que les puedo decir ya lo vieron en imágenes; la marcha del 25 de marzo en Los Ángeles, al igual que la del 10 de abril en Phoenix y otras ciudades de este país, fue muy linda, muy emotiva, histórica por muchas razones; pero la principal es que por primera vez en la historia de Estados Unidos los inmigrantes salieron a la calle, demostraron que tenían voz y dijeron "ya basta".

Y no, no me refiero a los inmigrantes tipo Fox-Televisa, "los pobrecitos inmigrantes maltratados" vistos sólo con los ojos del cruce por el desierto y los millones de dólares que llegan cada año. No me refiero sólo al mito del mexicano maltratado, malcomido y discriminado haciendo trabajos "que ni los negros quieren hacer". Me refiero a esta gente que lleva aquí muchos años luchando y saliendo adelante; gente que es mirada con desprecio por la mayoría de los mexicanos que viven en México, pero que ha logrado escalar en la estructura social de este país y que si bien empezó lavando pisos o arreglando jardines, hoy ha puesto un negocito, le da empleo a otros paisanos, gana decenas de miles de dólares al año y habla los dos idiomas a la perfección. (Me consta que muchos profesionistas mexicanos, esos que los ven como los "pobrecitos migrantes", son incapaces de ordenar el platillo más sencillo de un menú en inglés y dependen de los buenos o malos humores de un patrón).
Bueno, pues esa gente, la que ha salido adelante con trabajo y tesón, es la gente que fue a la Gran Marcha y a las muchas otras marchas.

Ahora, si durante tantos años ha habido tanta gente inmigrante en tantas ciudades de Estados Unidos, aguantando tanto abuso y malas mañas… ¿por qué hasta ahora salieron todos a la calle? La razón es muy sencilla: nunca, hasta hace unos meses, se había tocado al inmigrante con documentos. Durante muchos años los antojos y malos humores de los políticos republicanos han llevado y traído propuestas de ley para amolar a los indocumentados (para quienes no lo saben: el argot de la gente progresista evita el uso de la palabra "ilegal" para referirse a los inmigrantes indocumentados, bajo la premisa de que "ningún ser humano es ilegal"); pero nunca se habían metido con los hijos, hermanos, amigos, parientes de esos inmigrantes indocumentados.

Aquí es donde entra el favorcito que nos hizo el amigo Sensenbrenner. Se le ocurrió inventar esta ley que, como ustedes tal vez sepan, convierte en criminales no sólo a los inmigrantes que estén indocumentados en el país, sino a todos aquellos que les proporcionen cualquier tipo de ayuda (para aclarar un poco, la diferencia entre con respecto a la sanción anterior es que antes la falta del indocumentado se consideraba un delito, por traducirlo de alguna manera, pero no un crimen. En inglés la palabra es "felony", e implica penas más severas y prisión).

Pues mira nada más qué error. Eso quiere decir que si, por ejemplo, un edificio se está incendiando y un bombero saca a los que estaban adentro, y alguno era indocumentado, el bombero es criminal. Que si en un salón de clases hay una maestra y veinte niños, ella tendría que asegurarse de que todos tienen documentos, para no ser criminal. Que si alguien nació aquí de padres indocumentados, y a la mamá le da una embolia y la lleva al doctor, entonces se convierte en criminal. Que si le das empleo, le das un aventón, le das comida, le extiendes la mano a un indocumentado, eres un criminal. Hilary Clinton dijo: "Esta ley convertiría al buen samaritano en un criminal". E inmediatamente la Iglesia Católica se tuvo que preguntar: "¿Qué habría hecho Jesucristo en esta situación?".

La bomba tronó, y ya vieron ustedes cómo. Los que salieron a la calle fueron inmigrantes, pero la mayoría de ellos con documentos, los del negocito y los dos idiomas. También salieron ciudadanos, y gente no sólo latina, sino de otras comunidades inmigrantes, y estadounidenses de muchas generaciones, que se sintieron ofendidos, agraviados, impotentes ante tanta estupidez, porque en diciembre pasado la ley Sensenbrenner fue aprobada por la Cámara Baja (por eso el nombre formal de la ley empieza con HR, "House of Representatives") y la pasó al Senado para su aprobación.

Salieron los niños y los papás y los abuelos y los jóvenes, y hombres y mujeres de todas las edades. Marcharon los obreros y los campesinos, muchos de ellos indocumentados, sí, pero también los que llevan 20 años aquí, a los que les tocó la amnistía de la década de los 80, pero que aún recuerdan lo que se siente ser perseguido, estar acorralado, vivir en la multicitada jaula de oro; pasar tres, cuatro, seis, diez años sin ver a tus padres, saber que murieron y no poder ir a decirles adiós; tener a tus hijos en otro país, conocerlos por fotos y por eternas llamadas por teléfono, sonreír sólo cuando vas a ponerles los dólares de esta quincena.

Marcharon los políticos que se hicieron chiquitos ante tanta gente, y los curas y los pastores y los líderes y los académicos y los artistas y los intelectuales. Salieron las banderas mexicanas, salvadoreñas, argentinas, cubanas, guatemaltecas, venezolanas, colombianas, ecuatorianas, hondureñas; salió la Virgen de Guadalupe en indecibles mantas y letreros, supliendo al escudo en nuestra bandera nacional. Y salieron miles de banderas estadounidenses, las playeras blancas para decirle a los güeros que no, que los migrantes no son una amenaza, ¿pues qué no se acuerdan? Son los que les limpian el jardín y a los niños cuando se ensucian, y los que cultivan su comida y arreglan sus autos y limpian su oficina y cocinan su comida; y también los que tienen una empresa de transporte o de construcción o de mantenimiento o un supermercado donde se encuentra la comida más fresca porque acaba de llegar de México. ¿Pues que no saben que cocinar, construir, cuidar niños, cultivar, es de lo más patriota que hay? ¿Pues qué más amor quieren, entonces?

El 18 de marzo en Los Ángeles se celebró la marcha anual contra la guerra, con tres mil personas en la calle. Se consideró un éxito. Esa es la magnitud de marchas que esta ciudad está acostumbrada a ver. Una semana más tarde, el 25 de marzo, un millón de personas vestidas de blanco se volcaron a las calles, marcharon en paz, agitaron banderas, cantaron, corearon consignas, sonrieron, se dieron confianza unos a otros; mandaron el miedo a la fregada y decidieron que ya no más. Nomás me acuerdo y se me pone la piel chinita; en un entorno de eterna incertidumbre, reunir el valor de salir a la calle con un cartel que pide justicia en las manos, requiere valor; pero no hay mejor satisfacción que voltear atrás mientras caminas y ver que junto a ti va todo un pueblo. Y los pueblos no se equivocan.
El lunes 27, dos días después de la marcha, la ley HR4437 no logró los votos suficientes para ser aprobada en el senado.

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Así que llenos de valor, los latinos de todo el país se pusieron las pilas para ver cuál era el siguiente paso. El Senado, en sus ganas de resolver el asunto, y también de irse de vacaciones de Semana Santa, se dedicó la semana siguiente a inventar nuevas opciones para los indocumentados. Así, apareció otra propuesta de ley, conocida como el plan del Comité Judicial del Senado, que fue la instancia que la propuso, y que ofrecía un benévolo paquete para los indocumentados: la posibilidad de legalizar a quienes tuvieran más de cinco años aquí, y la opción de reingreso legal para quienes tuvieran menos de cinco y más de dos. Esa propuesta fue rechazada por el pleno del Senado casi inmediatamente.

En las próximas semanas el asunto deberá resolverse con una propuesta intermedia. No es lo que quieren las organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes, que buscan una legalización para todo el que ya esté en el país, entre otras cosas, para preservar la unidad familiar (¿qué pasaría, por ejemplo, si los padres de una familia llegaron hace cinco años y trajeron a sus hijos al país apenas el año pasado, por ejemplo?). Sin embargo los analistas consideran que, con una elección de Congreso federal el próximo noviembre, es posible que la salida más rápida sea la que no se instale en ninguno de los dos extremos.
En términos generales, ahí está la cosa legal.

Pero mientras tanto, la comunidad está que arde. Porque ya se dieron cuenta que de verdad no están solos, que su trabajo vale y que su dignidad también. Así que este primero de mayo lo demostrarán diciéndole a este gobierno: "Vine porque te necesito, pero tú también me necesitas a mí, así que vamos negociando y poniendo a cada quien en su sitio". Lo demostrarán faltando a sus trabajos y escuelas unos, marchando y coreando consignas otros, cerrando sus negocios unos más, dejando de comprar y consumir la mayoría, sintiéndose orgullosamente latinos todos.

Yo así me siento; muy contenta de estar aquí en este momento y en este lugar, y muy orgullosa de ver a nuestra gente, la que guardando a su patria en el corazón vino a un lugar hostil para buscar lo que su gobierno le negó. Unos han dicho que el gigante estaba dormido, y que despertó, pero un hombre en Phoenix me dio su versión, y con esa me quedo: "El gigante no estaba dormido; estaba trabajando".

Hay muchas historias, anécdotas, detalles que aún deseo compartirles. Espero hacerlo en los próximos días. En tanto, anexo el link a algunas notas publicadas en La Opinión.

Un beso boicotero a todos.

www.laopinion.com

Del 25 de marzo:
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060325193301817572
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060325170307749818

Del 10 de abril:
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00000000000000057390
http://www.laopinion.com/ciudad/?rkey=00000000000000057780

De todo un poco:
http://www.laopinion.com/ciudad/?rkey=00000000000000092590
http://www.laopinion.com/ciudad/?rkey=00000000000000092790

Del 1 de Mayo:
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060430174800661604
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060430193902430770


martes, marzo 07, 2006

Recado maquilador

En el caso Lydia Cacho-Kamel Nacif-Mario Marín, todos escuchamos las grabaciones del "preciosogate", y todos nos indignamos y todos pedimos que el "gober" renuncie inmediatamente (aunque aquí, al igual que allá, también hubo grupejos que "defendieron" a su gobernador porque un día les dio un boing o algo así).

El caso es que al margen del gobernador, considero que se le debería poner mas atención al tipejo ese de Kamel Nacif. La conversación filtrada es solo una perla en un laaaaaargo rosario de canalladas que el fulano ha cometido, principalmente en contra de los trabajadores de la maquila, con la connivencia de los gobiernos estatales y del propio Fox. Hace unos días platiqué con miembros de una organización que me informaron que el tipo estaría a punto de salir del país y largarse a explotar gente a otro lado (a EU no puede venir porque teme ser arrestado).

Por esa razón, y porque hay muchas cosas que aquí (en EU) no se saben, realicé un trabajo sobre el asunto, con la intención de recordarle a la gente que "el héroe de la película" en realidad es Kamel Nacif, y que no se le debe quitar el dedo de encima. Pero además de eso, que el asunto de la maquila en general es un problema binacional, que debe ser resuelto en ambos lados de la frontera.

Así que aquí está el link a la versión electrónica de este trabajo que se publico en La Opinión en dos partes, por si consideran que le podría interesar a alguien, o por si ustedes mismos le quieren dar una leída.

Primera parte: Las maquiladoras de Kamel Nacif
Maquilatitlán: la impunidad que da el poder. El empresario cuyas conversaciones con el gobernador de Puebla se hicieron públicas, tiene un historial de violaciones a los derechos laborales en la industria textil
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060304164230803151

Segunda parte: De la maquila al sweatshop
Ante la falta de opciones laborales, muchos mexicanos migran para trabajar en los talleres de costura de LA
http://www.laopinion.com/primerapagina/?rkey=00060305172126491954

martes, septiembre 06, 2005

Recado de La Catrina


En español así es como le diríamos; la "K" solo aplica cuando se está hablando en gringo. Pero el caso es que el huracán Katrina, el nombre más sonado por acá en los últimos días, inevitablemente me remitió al famosísimo grabado de José Guadalupe Posada, del mismo nombre, pero con "C": una calaca mexicana con un sombrero afrancesado.

La Catrina con "K" llegó al afrancesado Nueva Orleans, así, toda muerte. No sé cuánto se sepa fuera de Estados Unidos, ni desde cuándo. En México, estamos acostumbrados a oír los nombres de huracanes fuertes, dos o tres veces al año, en nuestro propio territorio o cerquita, en el Caribe. Las imágenes de pueblos inundados nos son comunes, la gente llorando por lo perdido, pidiendo ayuda. Así que, aunque he visto que han puesto alguna atención los noticieros, sobre todo los de radio, y algunas columnas en periódicos criticando a Bush, pues decidí escribir un poquito para echarle más leña al fuego; tal vez con la esperanza de que alguien con estas líneas encontrará una perspectiva más cercana de un problema que, seguramente, desde allá se debe ver muy lejos.

Esta tragedia, la del huracán Katrina, específicamente en Nueva Orleans, es igual y diferente. Es igual porque los afectados son los pobres, que en este país significa los negros. Sí, aunque algunos no lo sepan o no lo crean –incluido el presidente Fox, que diplomáticamente dice que los mexicanos hacen trabajos que "ni los negros quieren", como si económicamente los negros estuvieran un escalón más arriba que los mexicanos- en Estados Unidos la población más pobre no son los latinos, sino los negros. Eso significa que también son los que tienen menor grado de educación, que son los que padecen mayor violencia intrafamiliar, que son los que más ocupan las prisiones y son los que más mueren asesinados. Y en Nueva Orleans, dos terceras partes de la población era negra y 40% de los niños eran pobres.

Decía, pues, que en eso la tragedia es igual. Los ricos o la clase media alcanzaron a salir. Básicamente la ventaja fue que tenían un auto para dejar la ciudad y dinero para pagarse un alojamiento en un lugar cercano o no tanto. Los que se quedaron son los que no tenían ni lo uno ni lo otro, los enfermos y los viejos. Todos ellos son las víctimas.

La ciudad que ya no existe más

Pero esta tragedia es también muy diferente. La primera razón, y la que hace que sea de una magnitud muy superior a muchas otras, son las características geográficas de la zona. Porque cuando vemos las imágenes de los huracanes terribles en El Salvador, en Honduras, en las islas del Caribe, en México, sabemos que una vez que baje el agua se inicia la reconstrucción, los sobrevivientes regresan, la ayuda empieza a llegar. Pero en Nueva Orleans no va a bajar el agua pronto. La gente que vivía ahí perdió su casa, pero también su escuela, su fuente de trabajo. Esa gente no tiene una ciudad a donde regresar.

La razón, para quienes aún no la saben, es la siguiente: Nueva Orleans (N.O.) es una ciudad construida sobre un terreno bajo el nivel del mar. Contra lo que se pudiera pensar, no se encuentra en la costa, sino muchas millas tierra adentro, entre un lago y el río Mississippi. Tras su fundación y la de otras ciudades, y como ha ocurrido con nuestros grandes ríos en todo el mundo, el cauce del río Mississippi tuvo que ser modificado para cubrir las necesidades de agua de esos nuevos asentamientos, provocando la erosión de la barrera natural que protegía a esta zona de la ciudad. Los pantanos que rodeaban a N.O. se fueron secando y pavimentando, eliminándose así una salida natural de agua, un sistema de drenaje natural. Para proteger entonces a la ciudad de las inundaciones, se construyeron tres grandes diques que impedían la entrada del agua proveniente del lago en tiempo de lluvias o de tormentas.

Desde hace años, científicos del país alertaron sobre el proceso acelerado de erosión en el litoral, como en muchos otros incluidos los mexicanos, pero también ingenieros de la zona advirtieron sobre fisuras y debilitamiento en los tres diques. Se hicieron estudios y se demostró la necesidad de reforzar estas estructuras para proteger a la ciudad de una posible inundación proveniente del lago Pontchartrain, a un costado de la ciudad. El congreso federal aprobó un presupuesto para este fin, y la obra se inició. En 2002, tras la invasión a Irak, el gobierno de Bush decidió recortar este monto. En 2004, el monto requerido por las instancias a cargo de los trabajos de reforzamiento era de 11 millones; Bush, en su proyecto de presupuesto enviado al Congreso, pidió sólo tres, y el Congreso aprobó cinco. Al siguiente año, el presupuesto solicitado fue de 22 millones, por la urgencia de la obra; Bush pidió cuatro, y se aprobaron 5.7 millones. Los trabajos de mantenimiento mayor en el sistema de diques se detuvieron, por primera vez en 37 años, en 2004. Con la fuerza de Katrina y la cantidad de agua que entró al lugar, el lago terminó por romper los diques y la ciudad quedó completamente sumergida. Para ilustrar la magnitud de la inundación, en un momento en el hospital general Charity los sobrevivientes tuvieron que subir al séptimo piso para salvar la vida; todo lo demás estaba inundado.

Alguien explicó la situación con una metáfora, diciendo que N.O. era como un plato hondo flotando sobre una bañera llena de agua; si le empieza a entrar agua por un lado, el plato irremediablemente se llena y no hay manera de impedirlo. Como lo dije antes, N.O. está bajo el nivel del mar: el agua empezó a entrar, y sólo se detuvo cuando la inundación llegó al nivel del mar. Y si está al mismo nivel del mar, ¿cómo va a "bajar" el agua? Ese es el problema, eso es lo que hace a esta tragedia diferente, y eso es lo que la hace inmensa: el agua NO va a bajar sola. Las imágenes que hoy vemos van a seguir durante días, tal vez semanas. Las primeras estimaciones aseguran que, utilizando un sofisticado sistema de bombeo, la ciudad –lo que era la ciudad- podría "secarse" totalmente en unos tres meses.

Al menos medio millón de desplazados no tienen una ciudad a dónde regresar. Eso significa que no tienen empleo, que no tienen casa, que no tienen NADA. Que su vida se quedó bajo el agua. Eso significa que habrá una migración forzada a ciudades cercanas, o lejanas pero grandes, en donde esté un familiar, un amigo, que dé albergue temporal en lo que se ve qué se hace para volver a empezar. Eso significa que en estas ciudades, por lógica, hay riesgo de que crezcan los desamparados deambulando por las calles, y la posibilidad de que se dispare delincuencia por hambre. No es como en otras tragedias, en las que un albergue temporal te protege mientras regresas, aunque sea a llorar sobre un pedazo de tierra con escombros; aquí no hay regreso porque ya no hay tierra. Y los muertos, ahí se quedaron, flotando. No sé si alguien pueda siquiera imaginar la magnitud de esta pérdida; yo no.

Crónica del encuentro con un imbécil

El lunes 29 de agosto el presidente Bush debe haber abierto los ojos en su cama del rancho de Crawford y, tal vez después de un esfuerzo grande, pensó: "Mmmmm. Llevo cinco semanas de vacaciones y siento como si fuera una. Qué injusto trabajar hoy, que es lunes, qué flojera. Pero bueno, lo interesante es que hoy voy a volar a California, en donde todo es sol y felicidad. Claro, tengo que decirle al chofer que pase rapidito enfrente de la señora esa que está protestando por su hijo muerto en Irak aquí en la entrada, y luego, cuando llegue a California, que aumente la velocidad cuando estemos frente al mitin de manifestantes contra la guerra. A ver, voy a revisar mi agenda: tengo que estar a las dos en un asilo de ancianos ricos para hablar de la nueva ley de protección a la salud, que va a beneficiar a los pobres. Luego voy a ir a San Diego, al Campo Pendleton, con los valientes Marines. Ahí, en la noche, tengo una cena elegante con los pocos californianos ricos –los únicos que valen la pena- que contribuyeron a mi campaña electoral. ¿Dónde está mi perro?".

Más o menos eso pensaba el señor presidente del país más poderoso del mundo mientras se quitaba la pijama. A 350 millas de distancia, Katrina inundaba el plato de sopa que es N.O. Y a muchas millas más, yo manejaba por la autopista 134 para ir a Rancho Cucamonga, el lugar de la cita de Bush con los ancianos ricos que básicamente se dedicaron, como dice una amiga venezolana con burdo sentido del humor, "a besarle las bolas".

Bush llegó media hora tarde con su esposa, pobre mujer. Se veía muy bronceado y muy sonriente. Muy sonriente mientras los habitantes de N.O. morían ahogados. Muy sonriente mientras miles trepaban al techo de sus casas, sin nada más que lo puesto, con sus hijos a cuestas; techos que quedaron, milagrosamente, al ras del agua. Bush contó algunos chistes que los viejos momificados del lugar le celebraron ruidosamente. Habló durante 40 minutos, de los cuales:
-25 minutos habló sobre los beneficios del nuevo sistema de salud que provee medicamento preventivo gratuito a sus beneficiarios (buen sistema, por cierto, aunque mal explicado por Mr. President). Claro, ninguno de los que estaba ahí era beneficiario, porque todos van a hospitales privados. Nunca entendí la razón del evento tal en ese lugar.
-Dos ancianas le platicaron sobre sus nietos
-Unos 7 minutos fueron utilizados para hacer chistes
-Tres minutos fueron utilizados para hablar sobre lo maravillosa que va a ser la nueva Constitución de Irak (si alguien ha revisado el texto, es una de las constituciones más contradictorias y por lo tanto inservibles que se han escrito; lo comentaré en otra ocasión).
-Dos minutos fueron utilizados para hablar de que la frontera de California está protegida de un ataque terrorista (pues claro, porque por ahí entran nuestros paisanos que vienen a trabajar, no los talibanes).
-Treinta segundos fueron utilizados para decir que tenía información de que Katrina ya había salido de la zona afectada y que "everything is gonna be just fine".

Al terminar el numerito, Bush se tomó fotos y firmó autógrafos. Estaba bronceadito y sonriente. La marea de gente me arrastró, y quedé como a dos metros de él. Lo primero que me llamó la atención fueron sus enormes orejas quemadas por el sol; luego sus ojos chiquitos, su cara roja de niño tonto, igualita a la que le pintan los caricaturistas del LA Times. Empecé a pensar que lo tenía demasiado cerca. Empecé a pensar en cuántas veces lo he insultado desde la pantalla de TV de mi casa. Me acordé de la primera vez que lo vi en persona, hace cuatro meses, junto a Fox, y en cómo esa vez me dio tanta rabia ver al presidente mexicano tan agachado y disminuido, y al bufón éste sonriendo burlón. Me acordé de la mujer que hizo guardia más de un mes afuera de su rancho para preguntarle por qué murió su hijo en Irak, y a la que nunca recibió. Lo menos que pude pensar fue: ¿qué tal un sillazo en la "jeta"? Digo, no pensé "qué tal un balazo", la verdad es que no voy a gastar mi dotación de pecados mortales en ese fulano, y además yo ni pistola tengo; pero sí un buen sillazo bien acomodado en la "jeta". Después vi a los gorilas que trae de guardaespaldas. Pensé que deben ser expertos leyendo la mente. Pensé que si leían la mía, estaba en problemas. Pensé que qué forma tan gacha de ser famosa, sin siquiera haberlo intentado. Para cuando terminé de pensar, el tipo ya se había largado.

Apocalipsis

Regresé a la redacción de mi periódico y me encontré con las imágenes de la televisión: el agua cubría las casas, miles y miles personas se habían refugiado en el estadio Superdome, no dejaba de llover. Horas antes, larguísimas filas de autos habían soportado pacientemente en la autopista 10, que empieza en Los Ángeles y llega hasta Florida, para salir de la ciudad. En ese momento la 10, una de las arterias del país, ya estaba inundada. Nadie podía entrar ni salir.

Yo vi las imágenes, tal vez ustedes también. Yo oí desde un viernes antes la alerta del huracán, para ese entonces ya categoría 3. Yo sabía que la alerta estaba dada, que esa gente iba a necesitar ayuda para salir de la ciudad; que los que no salieran iban a necesitar apoyo inmediato. Yo, tal vez ustedes, y millones de personas más en el mundo, que vivimos medianamente informados, que somos sensibles al peligro y al dolor, que nos preocupamos por los demás seres humanos. Pero el presidente Bush no.

Desde el martes, reporteros de todas las cadenas de televisión transmitían imágenes apocalípticas. El agua subió en promedio 20 pies, unos seis metros; el 80% de la ciudad estaba –y sigue- inundada. La noche del lunes se cayó la mitad del techo del Superdome. La gente que se refugió ahí dentro descubrió que el gobierno federal no preparó el lugar para que sirviera de refugio durante varios días, así que no había nada que comer, no había agua, no había baños, no había nada. La lluvia arrastró cadáveres, que aparecían por las calles –que aún hoy, una semana después, siguen en las calles. El centro de convenciones alojó a 20 mil personas en las mismas condiciones. Las tomas aéreas mostraban a familias, a niños, agitando las manos, improvisando señales que decían "Help". Los repoteros, indignados, se preguntaban por qué no llegaba la ayuda. Un reportero de CNN, cadena que ha sido leal a Bush durante la guerra en Irak, lloraba de impotencia.

El hospital general se inundó. La morgue se encontraba en el primer piso, pero el agua llegó hasta el sexto; los cadáveres viejos se mezclaban con los nuevos, flotando en el agua. Los pocos almacenes y supermercados que quedaron en un área seca fueron saqueados. La comida, pero también las armas. Quienes tenían un pedazo de pan, tenían que defenderlo. Llegó el miércoles entre tiroteos, cadáveres a media calle y violencia entre los refugiados en el estadio: una bebita, dice el LA Times, dormía en un charco de orines.

Para ese día ya habían ocurrido al interior del Superdome –que regularmente alberga a 25 mil personas, aunque se estima que por ahí pasaron cerca de 100 mil; hambrientas, sedientas, furiosas, preguntándose dónde estaba la ayuda de SU gobierno, el gobierno más poderoso del mundo- 2 violaciones y un suicidio. Dos policías se suicidaron también.

Ese día, el presidente Bush decidió aparecer. Se subió a su avión con su perro en brazos (este dato es cierto) y decidió que N.O. estaba más o menos cerca de Washington, así que, ¿por qué no ir a dar una vuelta para ver cómo se ve el agua desde arriba? La televisión y los diarios circularon la foto de un presidente solidarizándose con su pueblo a cinco mil pies de altura, con su perro en brazos. No hay un solo medio en este país que no haya estallado contra él y su gabinete. Incluso, como ya lo dije, la cadena CNN y Fox, las dos incondicionales del gobierno actual. Pero el presidente Bush seguramente ha seguido el consejo de su amigo Vicente Fox, y no lee los periódicos para poder seguir siendo feliz, así que seguía sin enterarse.

El jueves alguien le debe haber dicho que se ve mal que un presidente no se tome una foto en el agua cuando un territorio más grande que la Gran Bretaña está inundado en su propio país. La idea de lucir su bronceado en una foto le debe haber gustado, porque finalmente ese día, el presidente decidió ir a donde estaban las personas que llevaban cinco días sin comer. Tal vez fue lo del bronceado, o tal vez la entrevista de radio, que después se transmitió en cadena nacional, con el alcalde de N.O., Ray Nagin, quien dijo: "Somebody needs to get their ass on a plane and sit down, the two of them, and figure this out right now", refiriéndose a ya sabemos quien. Los medios le dieron la razón, y Bush, quien ensayó durante el vuelo su cara de pesar, llegó a Louisiana.

Demasiado tarde para el presidente. El NY Times, el periódico más influyente del país, ya había publicado un editorial titulado "Waiting for a Leader", cuestionando duramente la falta de actuación del gobierno y recordando que la administración Bush no ha querido reconocer su responsabilidad en el calentamiento global. Soledad O’Brien, de CNN, se escandalizó a cuadro cuando el director de la Agencia Federal de Emergencias reconoció que "apenas el miércoles se habían dado cuenta de que había gente en el centro de convenciones". Para ese día, jueves, la mayor parte de los periódicos usaban la palabra "vergüenza" en sus editoriales. Ese día, tras la llegada de Bush, llegaron los camiones con comida, con agua, y los autobuses para evacuar a la gente. Cinco días tarde.

Factura por pagar

Hoy, una semana después, la cifra estimada de muertos es de 10 mil. Miles empiezan a buscar un lugar donde empezar de nuevo; otros insisten en permanecer en su ciudad, en la que ya no hay nada.

Aaron Broussard, presidente de una ciudad de la zona que se llama Jefferson Parish, narró a un noticiario cómo el martes llegaron camiones de Wal-Mart con agua potable y las guardias nacionales no los dejaron entrar, porque ya venía la ayuda federal (la que llegó el jueves). El hombre rompió en llanto frente a las cámaras al platicar una anécdota: a su director de seguridad el gobierno federal le dijo que la ayuda iba en camino y que llegaría ese día, el martes. Ese día la madre del hombre, quien vivía en un asilo en una población cercana, le llamó y le dijo "hijo, ven por mí". El hombre, creyendo en el gobierno federal, le aseguró que la ayuda iba en camino. Al día siguiente la mujer volvió a llamar y ocurrió lo mismo, y el jueves, y el viernes por la mañana. El hombre no podía hacer nada más que esperar a que aquellos que le prometían ayuda llegaran a dársela a su pueblo, a los pueblos vecinos y a su propia madre. La mujer murió ahogada el vienes por la tarde.

El secretario de seguridad, Michael Chertoff, y muchos otros funcionarios del gabinete Bush, son vapuleados por una sociedad que tal vez no quiere ver lo que ocurre en Irak, en Afganistán, en Palestina, pero que no perdona lo que esta semana se vio en su propio país. La comunidad negra en Estados Unidos está furiosa. Los más conservadores están, por lo menos, incrédulos.

Y yo, pues yo estoy agridulce. Agria por lo que pasó, pero también por lo que viene. Mucha de esta gente va a llegar a Los Ángeles, y creo que hay aún muchas historias tristes por venir. Pero dulce porque para quienes sufrimos la derrota demócrata de noviembre pasado, aparece una esperanza de que este pueblo se levante y le demande a Bush que pague por lo que no hizo. Es el presidente y no hizo nada. Dejó morir a la gente, tal vez porque no era SU gente –no faltó quien recordara que tras el último huracán que azotó a Florida, en donde están los principales apoyos económicos para la familia Bush, el presidente reaccionó el mismo día. Hillary Clinton, quien es senadora, ya ha pedido que se abra una investigación federal para castigar la negligencia de los culpables. Otra senadora simplemente dijo que deseaba darle un puñetazo en la cara al señor presidente (¿recuerdan mi sillazo en la "jeta"?).

Alguien dijo que la naturaleza pasa su factura, que EU no firmó el protocolo de Kyoto y que ahora le tocó pagar. Yo no quiero creer eso, porque ninguno de esos niños negros y pobres tienen la culpa de que este hombre esté al mando –de hecho ni sus padres, Louisiana, como los otros 3 estados mayoritariamente negros, es un estado predominantemente demócrata.

Ojalá este pueblo, por una vez, tenga memoria histórica. Ojalá reaccione, no perdone, se empiece a volver sensible empezando por casa, para después voltear a ver con esa sensibilidad al resto del mundo. Ojalá se den cuenta de que la naturaleza no se puede parar, pero la imbecilidad sí. Nunca sobra una voz, si ésta se usa para denunciar lo imperdonable, y lo que hizo este gobierno, una vez más, lo es. El "líder" que quiere salvar al mundo le volteó la espalda a su propia gente. Esa es una factura más que algún día tendrá que pagar.

domingo, mayo 15, 2005

Recado por un alcalde latino


Un mensaje corto y sustancioso para quienes se puedan interesar el tema.

Este martes 17 de mayo son las elecciones para alcalde de la ciudad de Los Ángeles. Aunque ya sé que parece que eso está muy lejos y que a nosotros qué, lo comento porque todo indica que será una votación histórica: si todo sale como las encuestas lo indican –y como muchos lo deseamos-, el ganador será Antonio Villaraigosa, un hombre originario del este de Los Ángeles, hijo de un mexicano inmigrante y de una americana también hija de mexicanos; un hombre muy astuto, muy, muy carismático, con una sonrisa encantadora y con proyectos concretos para hacer crecer la ciudad. Villaraigosa sería el primer alcalde latino en la historia de la ciudad (desde que la ciudad es parte de Estados Unidos, desde luego).

El triunfo de Villaraigosa sería importante para la comunidad latina, y para la ciudad en general, por muchas razones. Como sabemos, el hecho de que un latino llegue a una posición de poder, automáticamente le abre posibilidades de negociación a la comunidad entera; obligas a los actores conservadores a reconocer a esta comunidad y a cederle espacios para ellos obtener otros, tal como es la política. Pero además, Villaraigosa tiene un proyecto de gobierno incluyente que pretende dar voz a cada una de las comunidades nacionales organizadas en la ciudad para propiciar desarrollo económico y cultural, lo cual se vuelve imperativo en este lugar en el que los americanos sajones son una minoría pero siguen ostentando desproporcionadamente los puestos públicos (situación que en muchos niveles de gobierno ha ido cambiando poco a poco, dicho sea de paso; es por eso también que será posible el triunfo de este candidato).

Hace cuatro años Villaraigosa contendió por el mismo cargo en contra del actual alcalde, James Hahn. Durante las últimas semanas de campaña en aquel entonces, Hahn inició una campaña sucia en contra de Villaraigosa en la que vinculaba imágenes prototípicas de latinos –Villaraigosa es chaparrito, moreno, de cabello negro y ojos canicudos- con venta de drogas, pandilleros. Hahn encabezó una campaña de miedo, de miedo contra los latinos, y ganó por un cerrado margen.
En esta ocasión las cosas pintan diferente, y si las tendencias continúan, Los Ángeles será la primera gran ciudad estadounidense gobernada por un latino. Y eso, para los que estamos aquí, significa "gobernada por nosotros".

Creo que en México hemos desarrollado erróneamente en los últimos años una cultura del "pobrecito migrante": el que se va de mojado, lo asaltan, le roban, se muere en el desierto, lo explotan estos pinches gringos y no puede venir a su país. Pero las cosas no son necesariamente así: nuestros migrantes que ya llegaron dejan el campo o la construcción para iniciar sus propios negocitos de comida mexicana, de mecánica, de lo que sea, generando otros empleos; organizan a sus paisanos y crean asociaciones, y empiezan a invertir en proyectos productivos aquí y en México; se vuelven ciudadanos al paso de los años, se integran a la política y logran representaciones.

Creo que la llegada de un alcalde latino y la demanda de que éste responda como tal, es una manera de ver el asunto migrante en su justa dimensión y de verlo como un reconocimiento simbólico al trabajo y al esfuerzo del mexicano, del latino, en este país.

Así que lo único que queda es esperar 1) Que sí gane; y 2) Que cumpla, porque ya sabemos luego qué pasa después de que el bueno-bueno gana.

Ahí nomás.

Para mi gran felicidad en el periódico me ha tocado participar en la cobertura de Villaraigosa. A continuación anexo un link con el perfil que hice del candidato hace unos meses; el martes me tocará estar todo el día con él, esperando los resultados de la elección, así que el próximo miércoles, si les interesa, les puedo mandar la notita con los resultados.

Besos y latin love.

jueves, abril 21, 2005

Recado desde La Opinión

Mucho tiempo ha pasado desde el último recado largo y muchas, muchas cosas hay para contar. Algunas de ellas se las contaré a través de mi experiencia en La Opinión, y por considerar que les pueda interesar tener la información completa de las historias, debajo de cada una he puesto el link a la nota publicada, por si quieren leerla en algún momento de su vida.
Como se imaginarán son muchas, muchas las historias que quiero compartir con ustedes. En este mensaje van tres; en días posteriores les iré enviando algunas otras, que espero no les agobien y que en algún momento les hagan un guiño para detenerse a leerlas.

La Opinión
He tenido la maravillosa oportunidad de entrar a este lugar en donde he reafirmado mi vocación y he redescubierto la labor social del periodismo, a veces tan olvidada en nuestro país. La Opinión es un periódico fundado a principios del siglo pasado por un visionario migrante mexicano, Don Ignacio Lozano. La historia es bonita porque durante los periodos en los que el régimen impedía la libertad de expresión el periódico se convirtió en una tribuna para la exposición de ideas progresistas y tuvo entre sus páginas a las plumas disidentes del gobierno mexicano primero, y de otros países después.

Hoy en día La Opinión es el referente obligado de la comunidad latina, porque es prácticamente el único medio nacional en español que aborda asuntos de migración, servicios a la comunidad latina, política y sociedad mexicana y latinoamericana y difusión de información comunitaria de manera seria. En la medida en que la comunidad latina ha ido creciendo en número, el peso del periódico se ha vuelto mayor. Justo ahora está teniendo lugar la campaña por la alcaldía de la ciudad, de la que hablaré más adelante; absolutamente todos los candidatos monitorean y desean acercarse a La Opinión, conociendo su influencia sobre la comunidad latina, y el peso que ésta, a su vez, tiene en el resultado electoral.

Pero lo que me ha parecido sensacional es su política de puertas abiertas. Nunca me había tocado ver que la gente fuera a la oficina de un periódico a exponer su problema, y menos que se le recibiera, se le escuchara y se cubriera su caso. El otro día llegaron tres viejitos ex braceros, de esos a los que el gobierno mexicano les deberá pagar una compensación económica en breve, casi desarmándose, con un montón de papeles y documentos. Se les recibió, se les hizo una entrevista, se recibió la documentación y al día siguiente la nota estaba publicada. Integrantes de la comunidad salvadoreña, guatemalteca, hondureña, nicaragüense, saben que si tienen una bronca, acuden a La Opinión y ahí se hace todo lo posible por apoyarlos. Y al mismo tiempo, se hace la cobertura del nivel correspondiente a la agenda política local, estatal y nacional. Así que un día me toca ir a cubrir una procesión del santo patrón de Guatemala; un día después, la campaña del candidato a la alcaldía de la comunidad negra, y más tarde la cumbre de Fox y Bush en Texas.

He tenido experiencias muy intensas, unas muy lindas, otras muy fuertes, todas de gran enseñanza. Abusando de su paciencia y sus ojos, me permito compartir con ustedes algunas de ellas, contándoles un poquito lo que viví en cada una; al terminar les pondré el link para ir a la nota publicada de la historia, por si le quieren echar un ojo a alguna que les interese.

LAS HISTORIAS
Novatada
En el que fue mi primer día de trabajo el destino me tenía preparada una novatada agridulce. Me pidieron que llamara temprano al jefe de asignaciones para que me dijera qué me tocaba cubrir. Cuando me contesta, me dice: "En el Consulado de México hay un tipo que entró con un arma a tomar rehenes; lánzate a ver qué encuentras". Bueno, debo empezar por decir que en esta ciudad nunca pasa NADA, así que me quedé muy sorprendida, 1) de que estuviera ocurriendo eso justo en mi primer día de trabajo, y 2) que me lo asignaran a mí. Pero como soy bien obediente, pues que voy y que resulta cierto. Un joven mexicano, inmigrante indocumentado, que al parecer durante toda su vida fue un chico sin problemas, sensible, interesado por la poesía y la filosofía, idealista y simpatizante de la izquierda, decidió manifestar su indignación en contra del sistema amagando a una de las empleadas burócratas y endemoniadamente déspotas que hay en esta oficina del gobierno mexicano, como en todas las que ya conocemos. El tipo salió del Consulado apuntándole con el arma, que por cierto era de salva, y en ese momento la policía le disparó un tiro en la cabeza y lo dejó malherido.

Cuando llegué al Consulado el área estaba acordonada, yo no tenía identificación de prensa, no conocía a las autoridades competentes y ahí estaban TODOS (acuérdense que aquí nunca pasa nada, así que cuando pasa, van todos): el alcalde, el procurador, el jefe de la policía, la policía en pleno, los bomberos, el FBI, SWAT!!! (yo pensaba que sólo existían en las películas, pero cuando llegó el comando de SWAT se vio chidísimo), la Cruz Roja, los paramédicos y un montón de chismosos, todos latinos. Pero Manuel, el joven mexicano, ya había sido retirado.

Ese día publiqué una crónica de lo que vi afuera; la información oficial la cubrió otra reportera. Llegué a la redacción a presentarme con mis nuevos jefes y mis compañeros trayendo la nota del día. Mi crónica gustó y se fue a la primera plana. Al día siguiente, a lo largo del día, varias personas se acercaron en distintos momentos para felicitarme por la nota, y para presentarse al mismo tiempo. La gente del consulado me habló por teléfono. Ese día, el segundo de trabajo ahí, me enviaron a la calle donde vivía el tipo, para ver si hablando con los vecinos podía construir un perfil de él, con tan buena suerte que me encontré a su tío, me lo eché a la bolsa y logré que me dejara entrar a su casa, a su recámara. Manuel tenía 19 años, y lo que vi en su cuarto fue lo correspondiente a un joven común y corriente, idealista tal vez, interesado por el mundo. Salí de la casa y me dirigí a la oficina pensando incluso en mi propio hijo, dos años más chico que él. Cuando llegué al periódico recibí la noticia de que Manuel acababa de morir; el mismo joven en cuyo cuarto acababa de estar. Mientras las televisoras lo satanizaban, lo presentaban como un loco o un delincuente, yo no pude hacer eso y narré lo que vi: el perfil de un joven que en un momento desafortunado eligió una vía errónea para luchar por lo que creía correcto.

La nota, nuevamente gustó y algunas personas, entre otros los familiares del joven, sintieron que el enfoque de la nota fue justo. Por eso utilizo la palabra "agridulce": entre la amargura de una vida perdida inútilmente, creo entré a La Opinión con el pie derecho.

Margarita
Me enviaron a entrevistar a una niña salvadoreña recién llegada. Bueno, cuando digo niña tal vez piensen en una de cinco, de siete años. Margarita tiene 17, pero cuando durante tres semanas caminas y caminas, y tienes que cruzar tú sola tres fronteras de manera ilegal, pagar a los polleros, ser robada y atravesar un desierto congelado, sin agua, sin comida, sin cobijas, viendo morir al que camina junto a ti, todo para alcanzar a tu madre y ayudarle a enviar dólares al resto de la familia, no hay edad que te haga lo suficientemente fuerte. Pero Margarita lo es, como tantos y tantos migrantes indocumentados. Si nuestros migrantes mexicanos tienen estas historias duras que todos conocemos, imaginen las de aquéllos que vienen de dos y tres países más al sur, tres veces más lejos y tres veces más pobres. Cuando salió de Sonora, el grupo en el que venía esta chica estaba formado por 70 personas; cuando llegó a Arizona, sólo iban cinco.

La historia de Margarita:
http://www.laopinion.com/ciudad/?rkey=00041209181800804637

Los de siempre
Esta es de esas notas con las que no sabes si reírte o ponerte a llorar. Resulta que un día, en pleno inicio de año, habla un fulano con la editora de la sección Latinoamérica. "No, pues fíjese que soy un diputado mexicano y vamos a abrir una representación de la Cámara de Diputados en Los Ángeles para apoyar a los migrantes, y que no sé qué y que no sé cuánto. Y me interesa tener una entrevista con La Opinión para que sepan qué vamos a hacer y para invitarlos a la inauguración". La editora, una chica mexicana, me comentó y me dio el nombre del "diputado", un fulano de apellido López Portillo, quien no le quiso decir de qué partido era "porque eso es lo de menos; lo importante es que vamos a apoyar a nuestros compatriotas migrantes". "Oye, pues eso está raro", le dije yo, y acto seguido me metí a mi muy conocida página de la Cámara de Diputados para buscar al fulano, que por supuesto, no era tal.

El día de la reunión no pude estar en la oficina porque era mi día de descanso, Memo estaba aquí y andábamos buscando una capilla para casarnos. Los tipos fueron a la reunión y se chorearon a la editora, el tal López Portillo y un fulano de nombre Francisco Guízar, ese sí diputado, que resultó ser... ¿adivinan? Pues sí, del PRI. El caso es que dejaron la invitación para la inauguración, y por supuesto pedí que se me asignara la nota. Unas horas antes del numerito le hablé a TODOS mis contactos en la Cámara; nadie sabía nada. La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, una panista, se puso como león cuando platiqué con ella, y entre otras cosas me dijo: "Mire, una representación de la Cámara en Los Ángeles, con el voto en el extranjero en puerta (porque en ese entonces la discusión estaba en su apogeo), es una cosa enorme. ¿No cree usted que yo sería la primera en estar ahí? ¿Cree usted que Manlio [Fabio Beltrones], siendo el presidente de la Cámara, iba a dejar que alguien más fuera en su lugar?".

En la tal inauguración, y en una "mesa de trabajo" un día después, sólo había tres monos del PRI; el tal Guízar consiguió jinetear una lana para rentar un localito de 2x2 en un mercado, y cuando dizque inauguró su "oficina", apenas estaban pintando el local. Cuando le dije todo lo que me habían dicho en la Cámara nunca me pudo dar una respuesta razonable; el tal López Portillo, quien resultó ser un escuincle que funge como achichincle, me quiso dorar la píldora explicándome los procedimientos legales y de aprobación de presupuesto interno de la Cámara... A MÍ!!!!! ¡Imagínense, el tipo queriendo venderle chiles a La Costeña! Pero estos ya habían ido a marear hasta al Concejo de la Ciudad (que son como los diputados locales), y los muy babas de los concejales hasta les iban a entregar un reconocimiento a nombre de la ciudad y toda la cosa. A nadie se le ocurrió verificar que éstos trajeran una representación real; los "diputados" traían papel membretado de la Cámara, una carta hechiza, y explicaron la ausencia de otros diputados de otros partidos diciendo que la Cámara estaba en sesiones y que había una discusión muy importante, por lo que no se podían ausentar. Pero ¿saben qué? Que la Cámara está en receso en enero.

Para abreviar: publiqué la nota con los desmentidos de la Cámara en México; los concejales la leyeron y cancelaron la entrega del reconocimiento; al día siguiente Relaciones Exteriores envió un comunicado negando cualquier representación oficial del Congreso Mexicano en el extranjero y acusando al responsable de estar violando los tratados de Viena, y los fulanos se tuvieron que ir de regreso a su casa. Curiosamente en México nadie se quiso enterar, aunque yo hablé directamente con la gente de los partidos; sólo La Jornada, en una nota, retomó parte de la información de la nuestra.

Lamentablemente no tengo el link de la nota del día de la inauguración, pero sí otros cuatro: la de un día después, con la reacción de SRE, y la de una semana después, cuando la tal oficina no era más que un cuarto vacío; la columna de la editora de Latinoamerica, y una columna que publicó mi editora, Pilar Marrero, al respecto.
Tengo en una lista mental varias historias más, que les haré llegar en posteriores recados. En tanto, un abrazo.

martes, diciembre 21, 2004

Recado postelectoral

Con evidente retraso debido a situaciones que más o menos les he relatado a algunos de ustedes, envío el balance que prometí hace mes y medio. Ya se me ha pasado la cruda de la derrota electoral de los demócratas en Estados Unidos, y posiblemente algunos de mis comentarios se sentirán reiterativos o fuera de tiempo, pero pues va de todos modos con los resultados que todos conocemos: un país dividido, un aire de desesperanza en los estados que votaron mayoritariamente demócrata, y un gobierno que después de cuatro años de dudosa legitimidad, se coronó con una ventaja de cuatro millones de votos que le dará carta blanca para actuar de aquí al 2008. Pero también una población que, sorprendentemente, desde un día después de la elección sigue haciendo campaña anti-Bush para que la gente se mantenga alerta ante lo que ocurra estos cuatro años.

Tengo mucho que contarles sobre otros aspectos de nuestra extraña e interesante vida aquí, pero no quería seguir sin sacar este pendiente, así que comento “brevemente” algunas cosas vistas desde este microrincón de California, demócrata hasta las cachas.

Todos a promover!
Fue impresionante el despliegue que hicieron todos los sectores para promover el voto. No hablo de los esfuerzos para hacer campaña por uno u otro candidato; me refiero a la motivación para que la gente saliera a las urnas. Canales de televisión, ONG´s, empresas, escuelas, actores, asociaciones, en todos lados veías invitaciones a votar. Una organización de mujeres lanzó un spot en TV que decía: “En el año 2000 más de un millón de mujeres registradas para votar no acudieron a las urnas... la elección se ganó por menos de 600 votos. Hoy tienes una oportunidad. Vota”. En otro, aparecía Jennifer Aniston (la actriz de Friends) diciendo: “Tú no permitirías que alguien te dijera qué ropa ponerte, qué auto comprar, a dónde ir, qué comer. ¿Por qué vas a permitir que alguien decida quién te va a gobernar? Ejerce tu derecho a decidir: vota”. MTV hizo una super campaña de información para los chavos; hizo programas especiales, entrevistó a los dos candidatos con preguntas de interés para ese sector, como las relativas a sexualidad, drogas y empleo. También transmitió spots con cantantes, desde Christina Aguilera hasta Snoop Dog, invitando a votar. En todos lados te recordaban las fechas límite para registrarte, y muchísimos sitios de internet, desde los informativos hasta los que venden shampoo, te ofrecían la forma de registro para votación. En verdad, la campaña de promoción del voto, al menos aquí, me pareció impecable. Y sí, en algunos casos, fue promovida por los detractores de Bush, pero en general, descubrí una consciencia colectiva de la importancia de promover la cultura del voto y la participación ciudadana.

Yo pienso así, tú piensas así
Aunque como les he dicho, California se puede calificar como demócrata, siempre hay algunos núcleos anti-Bush. Nos tocó en una ocasión, en Santa Mónica, ver una discusión interesante. En esa ciudad, ubicada junto al mar y en la zona conurbada de Los Angeles, existe una zona comercial-cultural en la que hay tiendas y tienditas, y en la que se instalan algunos artistas callejeros, activistas, etc. Bueno, ese día, un grupo de promotores del voto pro-Bush puso una mesita con su propaganda y te invitaba a afiliarte al partido republicano. De volada reaccionaron algunos chavos que llegaron a poner a un lado, eso sí, respetuosamente, sus propias propagandas improvisadas pro Kerry y anti-Bush. Por supuesto, un par de chavos, uno de cada bando, empezó a discutir (no me refiero a pelear, me refiero a debatir, intercambiar ideas), y alrededor de ellos se empezaron a hacer bolitas (la de los anti-Bush más grande). Varios intevinieron, unos más vehementemente que los otros, pero los argumentos eran los mismos: los pro-Bush, convencidos de que la guerra vale la pena para salvar la bondad y la rectitud del mundo, porque además se hace para estar acorde con lo que manda la Biblia; los anti-Bush seguros de que la guerra, y más esta guerra, es una idiotez, y que más importante que la interpretación parcial de cualquier libro religioso es la dignidad y el respeto a las vidas humanas.

Tal vez les parecerá una obviedad, pero no lo es. Por ejemplo, en nuestro país, aunque tengamos grandes diferencias en materia política, partimos de una plataforma de valores más o menos similares: en cuanto a la familia, al respeto por la vida, a la supremacía del amor o la salud sobre el dinero, en la condena de la corrupción y las prácticas clientelares, etc. Ningún partido político mexicano defendería una guerra en su plataforma electoral, ni justificaría la pérdida de vidas. Y hasta el momento, ningún partido en México (al menos ninguno de los que han logrado conservar su registro) promovería la legalización de las relaciones homosexuales en una campaña política. Nosotros en general, y algunos otros países, podremos tener grandes diferencias en materia de acciones, pero no en materia de valores. Sin embargo, en este debate que les refiero presenciamos cómo dos sectores de la misma sociedad discutían sobre plataformas de valores completamente diferentes: unos condenaban el derecho de las mujeres a decidir si desean o no un aborto, pero justificaban la muerte de niños en medio oriente; otros defendían la pluralidad pero condenaban la religiosidad de los opositores. Las posturas, al menos aquí, son radicales, y la gente está verdaderamente convencida de la propia. Creo que por eso los resultados fueron tales: los indecisos no votaron, y los que votaron lo hicieron con ahínco y pasión. No sé cómo puede esto impactar en el futuro de un país, pero no creo que nada bueno pueda salir de ello.

Los anti-Bush: "Sorry, world!"
Todos, todos los sitios por donde pasamos durante las semanas previas a la elección, hacían una parodia de este presidente: por tonto, por malinformado, por incapaz. Como saben el Halloween, celebración de gran importancia en este país, tuvo lugar dos días antes de las elecciones. En la tradicional celebración que se hace en West Hollywood –una ciudad progresista conocida por su tolerancia religiosa y respeto a la diversidad sexual- se acostumbra cerrar una avenida a lo largo de varias cuadras y por ahí circulan las personas con disfraces insólitos e ingeniosos, en una mezcla de carnaval, desfile del orgullo gay y festival de la primavera de un kinder, una cosa muy loca. Muchísimos de estos disfraces fueron encaminados a hacer propaganda antibush. Una chica disfrazada de nerd, con lentes, dientes enormes y cara de mensa, cantaba por toda la calle “four more years”. Unos tipos disfrazados de banqueros millonarios como los que dibujan los moneros mexicanos, arrastrando bolsas de dinero y propaganda a favor de la guerra, también hacían campaña por la reelección. Eso hizo que, aunque siempre supimos que iba a ganar Bush, nos sintiéramos menos solos y menos tristes.

Finalmente, desde hace mucho les quería comentar sobre la página www.sorryeverybody.com para quienes aún no la conozcan, interesantísima en el link que dice “gallery”. A uno de estos jóvenes americanos conscientes, afligido por las consecuencias que tendrá la reelección para el mundo, se le ocurrió escribir en una hoja: “Sorry! Hicimos lo que pudimos”, tomarle una foto y subirla a internet. Es la hora en que decenas de miles de estadounidenses y personas de otros países siguen subiendo sus fotos, para hacerle saber al mundo que aunque ganó el asno, hay casi una mitad de país sensata, que seguirá luchando por enderezarle el rumbo al barco, a sabiendas de que, involuntariamente, son parte importante del timón. Créanme, ha sido muy reconfortante saber que la juventud informada e ilustrada de este país es consciente de lo que está ocurriendo, porque son ellos, y no los viejos religiosos de Texas, quienes dirigirán el rumbo de los Estados Unidos durante los próximos años. Y querámoslo o no, eso es una esperanza para el mundo.

domingo, noviembre 21, 2004

Political affairs’ Recado

En busca de la política

Empiezo por decir que nuestra "reciénllegadez" a Estados Unidos no nos quita el interés político, pero sí nos hace víctimas de enormes vacíos que resultan en falta de información de pasillo. Por un lado, la geografía política de este país es muy particular; en México, si vives en el D.F., fácilmente tienes el pulso de una gran parte del país, debido a la centralización de poderes, a que ahí está la sede de los partidos políticos y la sede de los principales medios de comunicación. Tienes todo a la mano.

Este país es diferente en ese sentido. Aunque Washington D.C. concentra los poderes, los partidos políticos dividen su peso en diversas sedes además de la de Washington; aún así, en el caso de California el punto de interés no está en Los Ángeles, sino en Sacramento, la capital. Las cadenas de televisión, por su parte, compiten por las exclusivas pero "circulan" las sedes; así, los debates presidenciales se dieron en exclusiva a una cadena diferente cada vez (NBC la primera vez; ABC la segunda y CNN la tercera) y cada una transmitió desde distinta sede. Por supuesto, como algunos de ustedes sabrán, ninguna de ellas estuvo en California. Lo que quiero decir es que no hay sólo una ciudad clave para estar al tanto de todo lo que ocurre, pero encima de eso, la ciudad en la que estamos no es, ni lejanamente, de las que juegan un rol protagónico en lo que a política federal institucional se refiere.

El otro asunto es que tampoco hemos dado con la sociedad más politizada de esta ciudad. Muchos de nuestros amigos están indocumentados o son residentes, pero no ciudadanos, y el hecho de que no puedan votar hace que pierdan interés en la contienda, aunque tengan un candidato favorito "por default". Nosotros seguimos atentamente los tres debates, pero dentro del medio en el que nos estamos moviendo hasta ahora, fuimos los únicos. Hace poco hicimos contacto con un grupo interesante; estuvimos en una reunión y salió el tema, pero eso fue en días recientes.

Con este contexto, que expongo sólo para dejar claro que tengo sólo una muy pequeña parte de la fotografía completa, procedo a hacer mis observaciones.

Anyone but Bush

Lo primero que hay que resaltar es el ánimo anti-Bush. Se lo dije hace tiempo a un amigo que se burló de mí, diciendo que si yo creía que eso sólo ocurría en California; "pero si eso lo piensan todos desde Argentina hasta Canadá", me dijo. Pues sí, pero bueno fuera que al interior de todo Estados Unidos fuera así. California tiende a ser demócrata (a pesar del tropezón con "Shuarsenéguer"), y el hecho de que haya un elevado índice de indocumentados hace que cualquier connato de conservadurismo sea vituperiado, lo cual está ocurriendo con el flamante "goberneitor", y por supuesto, con el propio Bush.

Pero ojo, no es lo mismo anti-Bush que pro-Kerry; creo que eso lo tenemos claro como mexicanos, porque en nuestras históricas elecciones del 2000, muchos, más que votar por Fox, votaron contra el PRI. Aquí ocurre algo similar.

Empiezan a abundar las estampas en los autos con leyendas tipo: "Beat Bush in 2004"; o "Anyone but Bush". La consigna es sacar a Bush; que llegue el que sea, pero que salga Bush, cuya política belicista ha dejado de lado la política migratoria, que es uno de los temas pendientes por acá.

Sin embargo, veo dos "peros" ante esta postura. El primero, es que el resto del país no piensa así. Las encuestas, todas, dieron por ganador a Kerry en los tres debates; pero las encuestas, TODAS, siguen teniendo a Bush arriba en las preferencias electorales. Se habla de un 10% de indecisos en el electorado, de los que hablaré más adelante. Pero el hecho es que, en las preferencias definidas hasta hoy, Bush va por la reelección. Por lo poco que he podido platicar con gente pro-Bush, las razones van, desde una absoluta ignorancia que hace que esta gente afirme que "todos los árabes son malos" (textual), hasta la idea de que los migrantes, de los cuales una gran parte son mexicanos, violan la ley al entrar al país ilegalmente y por ello no merecen ningún atisbo de legalidad. Esta gente apoya al "goberneitor" en su decisión de no dar licencias a migrantes indocumentados, y apoya a Bush cuando dice que no habrá amnistía; pero esta misma gente -en concreto una chica mexicana casada con un gringo, que me dijo esto de manera apasionada y se jacta de vivir en la legalidad- contrata a estos indocumentados mexicanos (el jardinero, el carpintero, la señora del aseo) porque les paga menos que lo que le tendría que pagar a un gringo y no les tiene que dar prestaciones. Pero eso sí, que no osen aspirar a una licencia de conducir; por eso, ella apoya a Bush.

Sorprendentemente, también me han tocado personas que creen que la guerra contra Irak fue una guerra justa y digna, "porque ellos atacaron primero derribando el WTC". Y cuando les dices que no, que las torres gemelas no las derribó Irak, sino Afganistán, y que no han ido a una, sino a dos guerras, y que la segunda no tenía motivos (realmente la primera tampoco, pero en fin), verdaderamente no entienden de qué les hablas. "Porque Hussein representaba un peligro, eso lo saben todos".

Todavía no entiendo mucho de economía gringa, y creo que el balance de esta administración no es malo, aunque no sé que tanto influya en eso el hecho de estar en guerra; sin embargo, el desempleo y el empleo informal se han incrementado (¿les suena conocido?). El caso es que hasta el momento no me ha tocado hablar con gente que me dé argumentos diferentes, que sean contundentes, para defender a este asno presidencial.

El segundo inconveniente que veo es que, al querer sacar a Bush a cualquier precio, se está dando una falta de búsqueda de información fidedigna sobre lo que ofrece Kerry, quien al parecer tampoco es el candidato ideal, pero tiene algunas propuestas rescatables.
De lo que he visto hasta ahora, hay tres aspectos generales que me han llamado la atención. El primero es que él plantea que Bush cometió un error al ir a la guerra solo, sin un apoyo real de otros países. El tipo asegura que la política internacional tiene que ser regida por el consenso de naciones y las acciones emprendidas por cualquier gobierno deben ser legitimadas por una parte importante de la comunidad internacional. Hasta ahí, me gusta. Sobre el retiro de tropas en Irak, es cauteloso.

Otro aspecto que me gustó es que, sin ser abiertamente liberal, en su discurso ha manifestado respeto por las diversidades religiosa y sexual. En el primer aspecto, aunque se confiesa creyente, no exhibe ni utiliza su religiosidad como propaganda, lo que sí hace Bush. En el segundo aspecto, apela a la tolerancia, el respeto e incluso deja ver que podría apoyar el reconocimiento legal de las preferencias sexuales diferentes; Bush, en cambio, condena cualquier relación diferente a la relación hombre-mujer.

El tercer aspecto es el relacionado con los migrantes. La oferta más generosa de Bush en ese sentido es un acuerdo de empleo temporal. Kerry fue más allá en el último debate, dejando ver que impulsaría una amnistía para los residentes ilegales sin antecedentes penales, que hayan desarrollado una vida productiva en E.U., tengan hijos nacidos aquí y hayan pagado impuestos en los últimos años. Esto último, tal vez, podría influir en algunos de los indecisos.

Voto Latino

Voy ahora a ese tema, el 10% de indecisos. En todos los medios, gringos y extranjeros, se ha mencionado en más de una ocasión que la comunidad latina será decisiva en estas elecciones. Bueno, la latina o cualquier otra; recordemos que la elección anterior se definió al final por menos de 600 votos. Pero a lo que se refieren muchos de los analistas es al hecho de que una parte importante de este 10% estaría conformada por latinos de segunda o tercera generación.
El problema con los latinos, no sólo con los indecisos, sino con todos, es que ninguno de los dos candidatos ofrece algo que haga que esta comunidad se identifique con ellos. Bush, siendo hijo de quien es, está lejos de conocer la realidad, no sólo de los mexicanos, sino de la comunidad migrante en su país; es un hombre que al parecer piensa que su país, y el mundo entero, son ranchotes como el suyo en Texas, parejos, parcos y sin matices. Kerry, por su parte, es originario de Massachussets y honra al más puro tipo bostoniano. Viene de un entorno en el que nadie se apellida Pérez ni López, y en el que las "housekeepers" (bonita palabra para denominar a las sirvientas) son negras, no latinas. Y como muchos de ustedes saben, su esposa, Teresa Heinz, es la heredera de un importante imperio de productos alimenticios, lo que nos lleva a que el fulano no tiene la más remota idea de lo que pasa en el este o el sur de Los Ángeles o en las comunidades latinas de otras ciudades de Estados Unidos. ¿Cómo es que esperan que esta comunidad latina, "decisiva" según ellos, vea en alguno de estos dos a "su" candidato? Lo que resulta de ello es un elevado índice de abstención en nuestra comunidad, la comunidad latina; creo que ese 10% de indecisos, al final se puede convertir en un 10% de abstenciones.

Esta comunidad, influyente en la economía nacional, en la cultura, en las cadenas productivas, en la diversidad gastronómica, musical, artística, no piensa a largo plazo. En el ámbito local, nos tocó ir a un desfile del 15 de septiembre, y la gente en las calles sostenía letreros con el nombre de un candidato a la alcaldía de la ciudad, que es popular porque ha impulsado la iniciativa de ley que permitiría dar licencias de conducir a los indocumentados. La gente latina en California puede o no tener una postura sobre la guerra o sobre política económica, pero, al igual que en todas las sociedades, las necesidades inmediatas son el caldo de cultivo de las propuestas políticas, y sorprendentemente los candidatos a la presidencia no parecen saberlo y se empeñan solamente en aprender a decir "buenous días, amigous"; no hay agenda en sus plataformas políticas que apele a las necesidades de esta comunidad, indocumentada o ciudadana, y quien sí puede ir a las urnas, como que no entiende para qué, si nada de lo que ocurra impactará directamente su realidad.

Una parte a resaltar de todo esto son las excelentes campañas de invitación al voto que hay en todos lados. Estoy muy asombrada de ver el absoluto interés que decenas de organizaciones ponen en ello. Ya hablaré de esto en mi próximo recado.

En fin, para terminar por hoy con este tema, es cierto; la mayoría de los latinos que votará, al menos en California, lo hará por el partido demócrata; pero pocos, poquísimos, votarán por Kerry y su plataforma de gobierno. Y como lo vimos en el caso mexicano, a mediano plazo eso también podría ser un peligro. Aunque las encuestas dicen que no tanto: ojalá, ojalá que Bush no ganara, pero todo parece indicar que tendremos rebuznos de aquí hasta el 2008. Dios nos agarre confesados.

viernes, junio 18, 2004

Recado noticioso


Este recado va para ponerlos al tanto de cómo anda la cosa por acá; menos reflexiones y más noticias.

Huele a miedo

Lo primero que tengo que contarles es lo horrible que está la situación para nuestros paisanos indocumentados en este lugar. Hay redadas. Es horrible. Hay lugares, como les había comentado en correos anteriores, en los que claramente predomina la población latina indocumentada. Vas a esas zonas, y las casas, la gente, los autos, hasta los olores, todo es como si estuvieras en México. Algunos son salvadoreños u hondureños, pero en su mayoría son nuestros "paisas".
Ya les he contado mucho de lo que hacen ellos, de la importancia de esta gente en la economía y en la sociedad californiana. Pero no tienen papeles. Entonces son víctimas de las redadas.

Una redada es más o menos así: los oficiales de migración, por supuesto, saben sólo con ver a la gente quién es ilegal y quién no. Los huelen. Y saben hasta sus horarios, sus rutinas, qué calles pisan, todo. Pues estos oficiales se suben en un auto particular, y sin aviso, llegan a los lugares de concentración de esta gente, siempre en sitios públicos, y ¡todos a correr como despavoridos! Pero no todos corren, y los que se quedan, pues van pa’tras. El problema es que estas redadas empiezan haciéndose en mercados u otros espacios, y la gente empieza a saberlo y deja de ir. Hace un tiempo un locutor de radio solía tener una "oreja" en las oficinas de migración que le avisaba por dónde andaban los oficiales. Entonces en su programa decía: "Los compas del lugar X, aguas porque allá andan los limones", porque el uniforme de la migra es verde. Pero también se van pasando la voz por otros canales, ya ven que para eso nos pintamos solos.

Así que las modalidades van cambiando, y ahora las redadas son en los lugares en los que la gente está más vulnerable. Saben en qué esquinas se paran los jornaleros para ofrecer su trabajo como albañiles o carpinteros, hagan de cuenta como los del zócalo del D.F.; casi siempre es cerca de un Home Depot o alguno otro lugar de venta de materiales. Ahí hacen las redadas; el jornalero se esconde y esos días no puede trabajar y por ende no gana dinero, y considerando que hasta ahora van más de dos semanas de redadas, se podrán imaginar lo que eso significa para esta gente. Otros lugares son los bazares de fin de semana, e incluso las iglesias. Las escuelas vespertinas para adultos en las que se dan clases de inglés también son un buen punto: los latinos salen de trabajar, se van a la escuela, van saliendo a las 10 de la noche y a esa hora los están esperando afuera. Pero lo peor es lo que hacen en las escuelas de los niños. Cuando la mamá o el papá están llevando a sus hijos a la escuela, ahí los agarran. Agarran solo a los papás, porque la mayoría de los niños son ciudadanos porque ya nacieron aquí. Entonces el niño se tiene que chutar la bonita escena del "apañón" de su papá, se queda sólo llorando a media calle, pero además al papá lo mandan derechititito a Tijuana; si agarraron a una mamá soltera o a los dos papás, los niños se tienen que quedar con un familiar o un vecino hasta que los papás logren pasar otra vez. Porque así es; los deportan y todos regresan, o al menos mueren (literalmente) en el intento. La Casa del Migrante en Tijuana acaba de reportar que, de los deportados que han llegado en las últimas semanas, el 70% ya ha hecho contacto con algún pollero para que lo vuelvan a cruzar (con sus respectivos tres mil dólares de pago). En los últimos días se ha dicho que incluso llegan a tocar a las puertas de las casas, sacan a la gente, y si no pueden comprobar que están legales, los detienen y los deportan.

Ya se imaginarán la cantidad de historias que surgen a partir de esto; unas muy trágicas, otras francamente de risa. Como la del alcalde de Pomona, que era latino y estaba arreglando su casa. Fue al Home Depot a comprar materiales para hacer los arreglos, en fachas por supuesto, y que le toca una redada y que lo agarran. Y ahí va con todos los detenidos; por supuesto cuando llegó a los separos ya había hecho mil llamadas y se armó una de aquellas; pero es que estos no preguntan, primero te agarran y después investigan. Incluso han detenido a gente que no es latina, pero los ven morenitos y por el rumbo inadecuado, y órale.

El fin de semana pasado hubo una super marcha de protesta organizada por grupos de defensa de los latinos; los medios en español le han dado mucha cobertura al asunto, los medios en inglés no pelan mucho y la gente tiene un miedo tal que no sale de su casa. En ciudades como Pomona y Ontario las calles están vacías. Se ve a una mujer llevando a diez o doce niños a la escuela, porque es la única del vecindario que está legal. La gente no abre la puerta, no circula por ciertas calles, no va de compras. Tenemos varios amigos en esa situación, gente que tiene aquí entre cinco y 17 años. Gente que llego de 18 años, que ha hecho una carrera, que ha comprado un auto, que paga impuestos, que incluso son personajes públicos (dos de ellos han trabajado como locutores de radio), pero que hoy andan temerosos, evitando ciertas zonas y con el teléfono del consulado y de un abogado en la cartera. Una amiga publica un periódico en la ciudad de Lynwood: se quedó casi con la edición completa de este mes porque le da miedo salir a repartirla, ya que esa es una de las ciudades con mayor índice de mexicanos en todo el condado de Los Ángeles.

Cuando preguntamos por qué vino este "boom" de detenciones tan de repente, las versiones son varias: que se da periódicamente para meter miedo a la gente, que se están realizando justo en las zonas en donde ha habido presión para que se autorice la ley que permita dar licencias a los indocumentados, que tiene algo que ver con el próximo proceso electoral. Pero alguien nos dio una posible explicación que no se si sea cierta, pero es super interesante.

Como les conté en un mensaje anterior, los mexicanos sin papeles no tienen derechos, pero eso sí, pueden ofrecer su trabajo a un precio bajísimo y además pagar impuestos. Cualquiera, aunque no tenga papeles, puede tramitar su ITIN (Individual Taxpayer Identification Number); con ese numerito va y paga sus impuestos y nadie se queja. La cosa es que por ley cada año, después de la declaración anual, el gobierno regresa el dinero de los saldos a favor, puntualmente (como se supone que tendría que ser en todos los países). Y los indocumentados con frecuencia tienen saldo a favor. Entonces la hipótesis es que cuando viene el periodo de devolución de impuestos se organizan las redadas; el trabajador se va, pierde su empleo e incluso su casa, que por lo general es rentada; el gobierno no pierde mano de obra porque sabe que en unos meses van a regresar, y van a regresar a buscar un nuevo empleo, en donde van a tener que empezar otra vez desde abajo, cobrando por su trabajo menos de lo que ya cobraban, y tendrán que sacar un nuevo número falso de seguro social, un nuevo número de ITIN, y el cheque que les tocaba por el ejercicio fiscal anterior se desvanece en el aire. O en las arcas del gobierno.

Política nacional

Muchos de ustedes nos han escrito preguntándonos si sabemos del enorme circo que ha sido la política mexicana en los últimos meses y qué se dice por acá al respecto. Creo que casi todo nos llega. Extrañamos muchísimo a CNI, pero a través de Galavisión nos llega el noticiero de López Dóriga y gracias a DirectTV el de Canal Once y los lunes Primer Plano. La señal de Radio Fórmula llega hasta aquí, así que nos chutamos los programas del mismo López Dóriga, el de Ciro Gómez Leyva, el de Pepe Cárdenas y el de los "alebrijes" (David Páramo y sus secuaces). Voluntariamente a fuerza nos tuvimos que suscribir a Reforma en línea, y también checamos La Jornada, Milenio y El Universal. Y Proceso llega a un puesto de periódicos de aquí cerquita, pero siempre tienen el de la semana pasada. Además, La Opinión, el periódico más importante en español, reproduce editoriales de varios periódicos mexicanos.

Como podrán ver, sí sabemos lo que pasa, aunque siempre nos faltan los chismecitos de pasillo y por supuesto los chistes al respecto (por cierto: ya tenemos computadora en casa y Yahoo acaba de aumentar su capacidad en los buzones de correo, así que si nos quieren reenviar algún chascarrillo que valga la pena, ahora sí se les agradecerá).

La percepción desde aquí es otra: francamente nos indignamos con muchas cosas, pero otras hasta risa dan cuando se ven de lejos. Como el debate por el cambio de jardineras en Reforma o la visita de Rosario Robles al reclusorio; en verdad, como de comedia. Lo otro, lo de los videos, las demandas de juicio político, las descalificaciones, nos tienen de pronto medio "empachados". No sabemos si las cosas siempre han sido así de densas y nunca nos habíamos dado cuenta, o sí casualmente estando aquí se dieron en cascada todos estos acontecimientos que tienen convertida a la política nacional en un zoológico.

Lo más triste es que el partidismo, que es lo más importante allá, aquí es lo de menos. Los medios dicen que López Obrador, que Estrada Cajigal o que Murat, y nosotros leemos PRD, PAN o PRI. Pero aquí no. El grueso de la gente de origen mexicano (y no hablo de gente obrera indocumentada; hablo de gente que trabaja en los medios, profesionista, más o menos informada) no tiene idea de quién es quién y menos qué partido es cuál; para ellos todos son políticos, y al final el comentario es el mismo: "Ay, estos políticos mexicanos siempre igual de rateros y corruptos; están igualito que cuando me salí", me dijo un hombre que lleva ¡50 años! viviendo aquí. Chéquense esto: otra chava que tiene 15 años aquí no me creía cuando le dije que el D.F. está gobernado por un partido de izquierda. Me vio con cara de "esta pobre loca" y simplemente no me creyó.

El tema que sí interesa y enciende pasiones es el relativo al voto de los mexicanos en el extranjero. Las organizaciones aquí están presionando para que se logre; cada reunión de los líderes de las federaciones de los estados en California con el Consulado lleva al tema. Hay quienes dicen que si no vives ahí no debes votar, que ni puedes conocer a los candidatos ni puedes valorar el trabajo de los gobiernos como para saber si sigues respaldando a un partido. Pero el argumento de ellos es contundente: somos la segunda fuente de ingreso después del petróleo, nuestro dinero paga impuestos y genera riqueza y tenemos derecho a decidir quién va a administrar esa riqueza. Tienen un punto: el año pasado las remesas (las registradas) fueron de 14 mil millones de dólares.

Por lo que toca a los gringos, la verdad es que lo que pase en México no les importa mucho. Platiqué con una chava que es ciudadana gringa de origen filipino, muy interesada en cómo ha sido el cambio de partido en México y cómo nos está yendo, pero nunca supo decirme el nombre de nuestro presidente. "Fox", le dije yo, y ella me vio un poco apenada por no haberse acordado de un apellido tan fácil, sobre todo si hablas inglés. Le dije que ha tenido graves deficiencias, en materia económica, sí, pero sobre todo políticas, en política interior principalmente, aunque también en política exterior. "Pero si es muy amigo de Bush, ¿no?". Guardé un silencio cordial y respetuoso.

Otro amigo, gringo también, me preguntó que cómo es que en la política mexicana no ha podido haber un aspirante a la presidencia bien intencionado, sin planes de abusar del poder y con un deseo legítimo de ayudar al país. "No entiendo que entre 100 millones de personas no hayan encontrado a uno solo". Le dije que yo creía sinceramente que Fox era un hombre bueno y bien intencionado, que deseaba lo mejor para su país; pero que en la política mexicana y en cualquier otra, las buenas intenciones no son suficientes.
- "¿Entonces qué le falta"?, me dijo.
-("Güevos", pensé yo). "Carácter y colmillo. Ser político", dije yo.
Se quedó pensando en lo del colmillo, y se lo traduje como "la malicia que da la experiencia". Creo que se quedó igual.

Aguacatitos

Para quienes me han preguntado sobre el tema, lo que pinta mejor, mucho, mucho mejor, es la comida. Empezamos comprando en los supermercados cercanos a la casa: frutas y verduras preciosas a precios prohibitivos. Luego alguien nos dio el tip de un super llamado Vallarta, que es de un mexicano y está sensacional. De entrada, el techo está pintado de azul clarito y en cada caja hay una altísima palmera artificial (esa es su manera de "recrear" Vallarta, supongo). En la entrada está el área de comida, con sus mesitas y todo, y es una delicia: pancita, birria, barbacoa, chiles rellenos, chilaquiles, tacos de carnitas, bisteces a la mexicana, sopecitos, todo debidamente acompañado de arrocito a la mexicana, guacamole, salsitas molcajeteadas y frijolitos refritos con manteca. Comida "de a deveras", pues (espero que la querida Nohemí Colín ignore este apartado).
Una de mis primas me decía: "ay, pero no es la mismo sazón...". Pues a veces hasta mejor, porque obviamente a quienes tienen ahí cocinando es a las mujeres de los pueblos que se vinieron a alcanzar al marido que se vino de mojado y que decidieron buscar una chamba en donde pudieran hablar en español y hacer lo que saben. También venden pan dulce, tamales y tortillas que están haciendo ahí mismo (es sensacional el ruido de tortillería en medio del super), así que compras tu paquete de tortillas calientitas. En ese mismo lugar importan todo de México; díganme cualquier cosa, enlatada, envasada o natural, y ahí lo tienen. Lo único que no he encontrado es flor de calabaza; de ahí en fuera, todo.
Así que estábamos siendo muy felices comprando en el Vallarta, cuando alguien nos dio el tip de un mercado en el sureste de Los Ángeles. Fuimos, y no’mbre...! Hagan de cuenta que entran a un meracado mexicano; tal cual. Todo en español, los letreros, los precios, el "pásele pásele", todo. La fruta y la verdura, baratísima y deliciosa. Y, por fin: unos aguacates que han hecho las delicias de cada comida. Pero además la carne, el pollo, el queso, todo, con sabor a nuestra casa. Nos ha cambiado la vida. Claro, llevamos dos semanas sin ir, porque ahí andan siendo las redadas, y como estos no investigan, ni de chiste queremos pasar el mal trago para que al final nos salgan con el internacional "disculpe usted".
Y ya para terminar, les cuento de Cruz. Cruz es un señor que tiene un camión, hagan de cuenta como repartidor de Bimbo, pero este tiene unas frutas dibujadas y dice "Cruz Produce". Este hombre es una miscelánea mexicana ambulante en la zona de Hollywood, donde lo interesante es que habemos muy pocos mexicanos. Pues el tipo llega diario como a las ocho de la noche; como vivimos en un área en la que el estacionamiento en la calle está restringido, no se puede estacionar; así que toca dos veces su potente claxon con la melodía de La Cucaracha. Cuando en medio del silencio de la noche se oye: "Turururú-ru, turururú-ru, túru-túru-túru-rú....!, todo el mundo sabe que ya llegó Cruz y sale corriendo. El tipo detiene su camión en doble fila y de volada se forman un montón de chinos, negros y gringos que salen de sus depas para comprar: huevo, fruta, verduras, pan bimbo, pan dulce –que según nos dijo trae de Tijuana-, cigarros –que también trae de Tijuana y son más baratos que aquí-, cocas, leche, crema, bolillitos, pero además trae colgando del techo: Miguelitos, Tama-rocas, paletas Vero, pepitas y cacahuates enchilados, papas Sabritas y Cazares, en fin, mil cosas.
La gente ya sabe que tiene que comprar rapidito, porque no se puede parar más de diez minutos, y mientras él vende en su regular espanglish, su mujer –gordita, de mandil- sentada al volante echa aguas para que no los agarre una patrulla. Es bien interesante que somos los únicos mexicanos que le compramos, y sin embargo lo que más rápido se le acaba es el pan dulce; el otro día un güero formado delante de mí se "agandalló" las seis "conchas" que traía y me dejó puros "ojos de pancha"... gacho!