1- Así que ya pasó la navidad y afortunadamente veremos cada vez menos santacloses por las calles, bravo. Es hora de empezar con el cierre de caja del 2009 y prepararnos para lo que traerá el prometedor 2010.
2- Para México, un paquetito de sorpresas. El año del centenario-bicentenario-revoluciónahorasíenserio resulta al mismo tiempo prometedor e intimidante. Nada nos preparó para todo lo que íbamos a ver durante los últimos meses. Tal vez algunos imaginaron alguna vez la caída de Beltrán Leyva, pero los billetes ensangrentados y bien acomodaditos sobre el brazo arrancado del fulano realmente fueron como para matar de envidia a los sicarios de Don Corleone. ¿Y qué esperaban? ¿Un ramo de flores para la familia del marino muerto?
3- Así las cosas, uno dice “ya nada me sorprende” esperando ver venir más sorpresas, aunque en realidad el Apocalipsis que algunos pregonan se ve como un escenario poco plausible. Es difícil pedirle acción a una sociedad que, aunque a veces parezca que sí, aún no llega al límite de la desesperación como para rebelarse arriesgando todo. El poder adquisitivo, aunque cada vez es menor, conserva un nivel de sobrevivencia gracias a la economía informal. Las remesas, aunque hayan bajado, siguen llegando; la gente que depende de los que están del otro lado se aprietan el cinturón, pero no se mueren de hambre como cuando no había quien mandara dólares. En las ciudades, el que pierde la chamba se subemplea, ahora vende tortas en la calle; el que no puede seguir pagando la renta se va a vivir con los hermanos, o con los papás, que al fin y al cabo los abuelos adoran tener cerca a los nietos. Un gringo nos decía hace poco que en México jamás habrá una revolución gracias a la solidaridad familiar.
4- Las fiestas navideñas son particularmente dolorosas para los mexicanos en Estados Unidos, eslabón fundamental de esa cadena de solidaridad familiar. Cuántos comentarios he escuchado este fin de año de gente que desearía estar con su familia, sea yendo allá, los que pueden, o trayendo a los que pueden venir, que son pocos. Pero este año es mucho más complicado. No hay chamba, no hay dinero y no hay para dónde.
5- Está visto entonces que lo que no se puede resanar en estos tiempos es el ánimo (o más bien, el desánimo). Por mucha que sea nuestra alegría familiar, lo otro se siente ¿no? Ni un ejército de santacloses nos lo puede reparar, parece. ¿Qué hacemos, entonces, para que el camión siga marchando y medio empiece a enderezar el rumbo?
Los blogs, en los últimos tiempos, tienen más preguntas que respuestas.
6- No todo está perdido. El 22 de diciembre, el invitado para tocar la campana de inicio de operaciones de Wall Street fue nada menos que Darth Vader.
Ese día, el Dow Jones cerró con 50.79 puntos al alza.
9 comentarios:
Yeah, pues siempre queda la opción de ajustarse a la primera de urbanidá: "Está cabrón, pero a'i como tú veas". Chido tu blog, mi primera vez por acá. :D
a la alza? será que se estaban pasando al lado oscuro? wait... what?
(amo tu sentido del humor, sobre todo porque sabe encontrar espacio).
No por nada la gente se deprime en navidad tanto que venden que es epoca de estar en familia y compartir, por no decir es epoca de comprar y comprar...
Supongo que mientras las grandes cadenas de comercios puedan sobrevivir con los que "tienen" pa gastar, todo seguirá igual.
Igualmente mientras a los mexicanos nos siga gustando darnos lástima a nosotros mismos, todo seguira siendo de la misma manera...
Tambien, como dije, nos encanta enfocarnos en hacernos las victimas, cuanta gente no tiene familia en usa y no manda ni un clavo o el típico "si jué pal otro lado y ya naiden supo dél..."
Y digo, creo que los medios de comunicacion ahora son mejores qeu antes como pa no quejarnos tanto por la cuestion de las distancias.
Mi primer comentario en tu blog.
Pues creo que la parte monetaria sí afecta pero como bien dices los lazos familiares, la convivencia eso sí falta sí te pega. No es por hacernos las víctimas como sugiere el compañero del comentario anterior, simplemente es una de las características del mexicano (signifique lo que signifique y sé que no todos en este país somos iguales). Es mi primera crisis, bueno que me afecta económicamente de forma directa, los últimos dos años no recibí aguinaldo. Las crisis anteriores no sé como le hicieron mis papás pero siempre hubo una deliciosa cena en mi casa y juguetes debajo del zapato.
En estas fiestas sin tanto dinero para gastar no sentí la depresión navideña, en cambio cuando estaba de odio a todo mundo incluida mi familia aun con mi abultado aguinaldo era la viva imagen de la depresión navideña.
En otro tema, si me puedes sugerir ligas o libros del tema del narcotráfico últimamente se me hace interesante el tema.
Abrazo
Saludos.
¿Será que el imperio Yanqui Contraataca?
La solidaridad familiar no es causa de la no-revolución. No hay revolución porque la gente no se organiza(mos).
es horrible estar lejos del país y no pasar con la familia las fiestas. yo me traje a unos compañeros y los ví medio achicopalados en la noche buena.
pero también la crisis afecta hasta quienes estamos en el país. mi familia no pudo ir a oaxaca, donde tenemos a mi abuelo.
un saludo
"Es difícil pedirle acción a una sociedad que, aunque a veces parezca que sí, aún no llega al límite de la desesperación como para rebelarse arriesgando todo" precisamente eso platicaba con una amigo colombiano y lo triste es que es verdad, la vida enseña, tu sabes si lo aprendes bonito o a lo feito....
Chila quiero leer todo lo que me he perdido de tu blog, me regañas si no comento en todos los post?
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