miércoles, septiembre 22, 2010
Recado de los 100 años
miércoles, septiembre 15, 2010
Recado de congruencia y amor
1- La mayor fortuna de mi vida es haber nacido en la Ciudad de México. Esa es la variable que determinó gran parte de mi carácter, de mi manera de ver y entender el mundo, la que moldeó mi personalidad.
Para mí, en la Ciudad de México se concentra lo mejor de mi país. Ser mexicano, para mí, necesariamente atraviesa por el DeFe, “la capital”, el sitio donde palpita la vida política, financiera, cultural, deportiva, la industria del entretenimiento y la del mercado negro, la maquinaria que mueve al país, en donde una quinta parte de sus habitantes -¡los de todo el país!- cada día se parten la madre para llegar a sus casas sonrientes cargando con una bolsita de pan.
En el DeFe aprendí a amar a México. Desde ahí supe identificar acentos, comidas, atuendos, a reírme de ellos a veces y también a apreciar y a respetar. Desde ahí emprendí recorridos en autobús, lo mismo hacia la frontera norte, donde el Río Grande y el Golfo se encuentran, que hacia el sur, en donde no hay barda ni alambre ni border Patrol, sino una plaquita con un círculo que de un lado dice Guatemala y del otro el nombre de mi país. Desde la cuidad de México he visto el orgullo de cada persona que llega “de fuera” y de los que como yo, nacidos en medio de la amalgama, somos capaces de conmovernos hasta las lágrimas cuando la lluvia desprende el olor a cemento mojado de las banquetas de CU.
A México, a lo largo de mi vida, me lo fueron inyectando intravenoso y de a poquito.
2- Con este antecedente, la decisión que marcó mi vida reciente sin duda fue la de hacer una maleta para ver que había más allá de mi país. No fue una decisión difícil ni dolorosa, porque sabía que no perdía nada; cuando tienes la certeza de lo tuyo, cuando tienes la raíz bien afianzada, te lanzas al vacío con lo que tienes, sabiendo que pase lo que pase, tienes a dónde volver. Así de importante es para nosotros, los mexicanos migrantes, la estabilidad de nuestro país. No es que nuestra vida presente dependa de ello; es que nuestro futuro, nuestra esperanza, el punto del que nos agarramos mientras rolamos por la vida, radica en eso que es lo único nuestro. Sé que el concepto es muy difícil de entender para quien no ha vivido fuera de su tierra, pero un mexicano fuera de su país, se vuelve más, y más, y más mexicano cada vez.
3- Pensar en México en los últimos tiempos duele. Si no lo quisiera, si fuera como esas personas que dejan la patria atrás con desdén y se alegran de no volver, la cosa carecería de importancia. Pero amar a tu país y verlo como está, va consumiendo el alma y pone a prueba el amor. Sólo descubro cuán grande es cuando a gritos defiendo a mi gente, a mi tierra, cuando alguien osa hablar de las matanzas, y el narco, y la corrupción. A voces y a golpes si fuera necesario, le callo la boca al salvadoreño, al guatemalteco, al colombiano, al boricua que todos los días mueve la cabeza al ver las noticias y me ve con compasión. Al que se burla de mi pueblo pelele porque a pesar de que le matan a su gente, compra banderas y va al Zócalo a hacerle bola al presidente, a legitimar la burla, a formar parte de la estadística oficial. Por amor me callo la boca y no digo que es cierto, que tienen razón; trago saliva y hablo en cambio de mi ciudad, mi gran orgullo; hablo de lo que he visto, lo que sé, lo que he aprendido y lo que he hecho con mi vida; me pongo sobre una mesa de exhibición y les digo que lo que ven es México; que México soy yo. Que alguien se atreva a vilipendiar a una patria que los mira desde mi rostro.
4- A pesar de ello, sé que tienen razón. Yo quiero hablar del pueblo libre, de la universidad pública, del sentido del humor de Monsi, de la solidaridad del 85, de todas esas cosas cursis de las cuales ya hemos escrito tanto, tantas veces. Pero me caen encima los papás de la ABC, los 72 asesinados, el cinismo del narco y el cinismo peor aún del fulano que ostenta el cargo de presidente. Me retumba en la cabeza la voz del migrante con el que hablé la semana pasada, que me contó que al ser deportado a Reynosa, los policías federales lo asaltaron. Me duele la sangre, los muertos, la incertidumbre, la manera en que a nosotros, los migrantes, nos arrancaron nuestra única certeza. Me encabrona hasta el alma que me quitaran el punto de apoyo para ir por el mundo arriesgando hasta lo puesto; me indigna, me ofende, me cala que me quitaran la esperanza de regresar a casa para disfrutar los frutos de la chinga lejos de ella.
Este 15 de septiembre, esperado por años, era un día para celebrar. Para agitar las banderas por todo lo alto y gritar Viva México con el alma. Mi corazón, mi amor enorme por mi patria, la de a de veras, me lo pide; pero mi congruencia, aquella aprendida también gracias a lo que me enseñó mi país, me reclama prudencia. Porque yo no brindo con el que mata a mi hermano, porque yo no soy comparsa de nadie, el gobierno mexicano se puede meter su bicentenario por la cola.
Este 15 de septiembre yo sólo amo a mi México como se ama lo propio, en privado y con pasión; cierro los ojos con orgullo y sé que no soy de México, no señor; sonrío, y sé que México es mío.
viernes, septiembre 03, 2010
Recado de la balaceada
Cagle forma parte de un equipo de editorialistas que "sindican" sus materiales, es decir, que los venden para su reproducción en varios medios de comunicación. El cartón apareció en decenas de diarios del país, incluido aquel para el que yo trabajo. Y más tardó en salir el cartón, que nosotros en tener los teléfonos sonando y a la gente indignada enviando correos electrónicos: mexicanos ofendidísimos por la forma en que se había vapuleado su bandera y ofendido a su nación.
La cosa no paró ahí. Reforma y El Norte publicaron la nota este jueves, y por la tarde la Embajada de México en Estados Unidos estaba enviando una carta a MSNBC, la cadena encargada de difundir la imagen.
Curiosamente, el autor del cartón está de lo más sorprendido ante la reacción, asegurando que entre cartonistas de todo el mundo el "jugar" con la imagen de una bandera es algo de lo más normal.
Me interesa mucho la opinión de ustedes. Díganme, ¿se sienten ofendidos por la publicación de una imagen como esta en un momento como el que vivimos?
martes, junio 22, 2010
Recado del día en el que murió Monsiváis (recado de cuarto aniversario)
martes, septiembre 15, 2009
Recado por mi país
sábado, mayo 30, 2009
Recado de corazón azul y piel dorada
sábado, abril 18, 2009
Recado que nos debería de dar vergüenza… pero que la verdad nos da risa
Algunos de los comentarios (los copié textualmente del sitio):
lunes, septiembre 22, 2008
lunes, septiembre 15, 2008
Recado patrio (pos cómo no...)
(que lo quiero tanto, tanto, tanto, que ya mero voy a ir a verlo otra vez…)
jueves, enero 31, 2008
Recado que se solidariza con la lucha más obvia que puede tener un mexicano
Segurito que los que firmaron el TLC jamás probaron un elote de esos.
De verdad, en este idioma o en el otro, que tanto les gusta: No corn, no country.
¿Fueron a la marcha? ¿Vieron algo en la tele? Cuéntenme, pues, que estoy muy lejos y me hace falta el chisme…