Marcha Migrante, noche-día 2: Yuma-Phoenix
La idea después de los eventos del día 1 era quedarnos en algún hotel superbarato de Yuma, Arizona, para al día siguiente tempranito lanzarnos a Phoenix. El grupo de la caravana se quedó a dormir en una iglesia, pero nosotros teníamos la bronca de que no había dónde conectarse a la corriente eléctrica y necesitábamos cargar pilas de computadoras, cámaras, etcétera. Así que dijimos: “Pues buscamos un hotel bara en Yuma, y en la mañana nos lanzamos con la banda a Phoenix”. Ajá.
Yuma es una ciudad francamente equis. No tiene ningún atractivo, ninguno, deveritas ninguno. Pero por alguna razón, ese día todos los hoteles estaban ocupados. Recorrimos todos, desde los tradicionales Holiday Inn, hasta una cosa que se llamaba Corcovado Motel. Nada. Eran casi las doce de la noche y nosotros en el carro cargado hasta el tope de madre y media, habiendo dormido sólo tres horas la noche anterior, y habiendo recorrido el camino de Los Ángeles a San Diego, y a Holtville, y a Caléxico y a Yuma en un solo día-noche. Y las opciones para dormir eran: o manejar las cuatro horas que nos faltaban hasta Phoenix, o dormir en el carro.
Integrantes de la caravana colocan cruces en la reja entre Caléxico y Mexicali
El evento del día siguiente en Phoenix era alrededor de las doce, así que lanzándonos y metiéndole pedal podíamos llegar a las cuatro de la mañana, dormir unas siete horas y llegar puntualitos a la cita. Pero los dos nos caíamos de sueño, ni modo de manejar así. Pero a ninguno de los dos nos gusta dormir en el carro. Así que entramos a una tiendita de gasolinería, compramos unos cafés cargadísimos y nos echamos un volado mental gracias al cual Diego manejó y yo le fui contando historias para que no se durmiera, unas inventadas y otras mejor aún porque sí ocurrieron.
Los puntitos rojos indican la ruta de San Diego a Phoenix. Familiarícese usted con el mapita, que lo voy a usar varias veces
Estuvo chido. Arizona es padre cuando vas en carretera de día, los paisajes son loquísimos. Pero de noche es bien mística. Porque vas pasando por áreas rodeadas de montañas rocosas aunque por la obscuridad no las ves; pero la cosa es que las SIENTES, aún en lo obscuro y aunque vayas en el carro, es muy loco. Así que ahí íbamos en plena madrugada, como a 90 millas por hora cantando canciones de los Beatles y en algún momento, note usted la decadencia, cantando “El blues de la llanta” de El Tri. Qué barbaridad.
En un punto, vimos una imagen digna de programa de Jaime Maussán. Allá arriba se empezaron a ver unas luces avanzando como haciendo olas, arriba y abajo, superloco. Cuando nos dísponíamos a entablar conversación con otros mundos descubrimos que no, que eran vehículos de la Border Patrol, la patrulla fronteriza, la “migra”, con unas luces como para dejar ciego a Dios, recorriendo en megafriega las montañas rocosas. Nos intrigó cómo le harán, porque en verdad van de volada por áreas donde no hay caminos, y se movían rapidísimo.
Esa fue nuestra bienvenida a la sensación “estamos vigilados”, a la que dedicaré un recado particular más adelante; baste aquí con decir que en el trayecto a Phoenix nos detuvieron tres retenes de la migra para preguntarnos si éramos ciudadanos o residentes legales, así que los dieciocho paisanos que queríamos cruzar en la cajuela junto a nuestros sleeping bags tuvieron que buscar otro medio de transporte.
Llegamos a Phoenix a las tres y cacho de la mañana, nos quedamos en un hotel demasiado caro para las circunstancias, pero el cansancio lo ameritaba.
A la mañana siguiente nos reunimos con la banda de la caravana en el centro de Phoenix, en donde se celebraba una Convención de Líderes Hispanos que recibió a los 15 “marchantes” que iban en el grupo con aplausos y de pie. A lo largo de la marcha el número de autos y de “marchantes” ha ido variando dependiendo del día de la semana, de la ciudad que se visita y hasta del clima. Ya lo irán leyendo.
Más tarde fuimos a la sede de una organización que se llama “Migrantes sin Fronteras”, en donde hubo una ceremonia superemotiva: cerca de 300 personas esperaban a la marcha para una vigilia nocturna, con velitas y con historias de migrantes, cada una de las cuales tendría que ser suficiente para tocar el corazón de los congresistas cómodamente sentados en Washington.
Cruces colocadas en la sede de Migrantes sin Fronteras
Ahí estaban también 10 personas haciendo una huelga de hambre, que según me explicaron después no era tal, sino un “ayuno espiritual”.
“Una huelga de hambre es para convocar al hombre a que haya una reacción y que cumpla con algo, y no se deja hasta que eso se cumpla”, me explicó Elías Bermúdez, director del grupo, quien estaba entre los 10 que durante siete días no comieron. “Pero en este caso el ayuno es un acto de fe que se practica en todas las religiones del mundo, y lo estamos haciendo durante un tiempo fijo para convocar a un poder mucho más grande que el nuestro”.
Yo francamente no creo en el ayuno ni en su poder de convocación de milagros, de hecho no creo en el poder de los sacrificios basados en el castigo del cuerpo; pero sí debo expresar todo mi respeto a quienes lo hacen convencidos. En este caso lo que me conmovió es que además de los ayunantes, había decenas de simpatizantes que se sumaron a este esfuerzo de manera simbólica: haciendo un ayuno de un día, absteniéndose de tomar refrescos embotellados durante una semana o reduciendo la cantidad de alimento que consumen diariamente, “para cumplir el milagro de la reforma migratoria”.
Pero yo no creo que lo que se esté buscando sea un milagro; yo pienso que es simple y llana justicia.
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Las notas de la marcha publicadas en La Opinión se pueden leer aquí
8 comentarios:
Realmente esta encrucijada, por la descripcion se ve muy pesada, aunque por una razon justa.
Mi pregunta es, la razon de usted por esta marcha es a modo personal o modo periodistico, cubriendo nota?
Saludos y fuerzas.
Chila... ¡Qué padre experiencia estás viviendo!... En realidad me parece una versión mejorada, reloaded, de "primer mundo" pues, de los viajes de investigación de la UAM...
Pero además, esta no sólo tiene el sentido pedagógico, sino al menos otros dos: el social y el periodístico.
Si no estuvieras haciendo este viaje y documentándolo aquí y en tu periódico no tendríamos idea de lo que viven, sufren, aspiran y sueñan algunos mexicanos (y gringos) vivos, por lo que vivieron, sufrieron, aspiraron y soñaron otros mexicanos muertos.
Sigue platicándonos y cuando viajes de noche y no te sorprendan los aliens de la BP, platica de nosotros, los ex-uam o los actua-bloggers...
Sales Chila. Besos y que te sea leve.
caray pues no serña cuestión de milagros, pero la justicia en el mundo sí que lo es.
o sea... sí pero yo tampoco ayunaría y lugo peor que me da migraña y me pongo loco.
aunque eso estaría bonito verlo. pero quizá como en un performance.
Hola Eileencita, que jodido estuvo eso, y luego lo que relataste sobre el viaje a Nuevo Mexico (que me imagino compartiras en otro post). Que experiencia... de ahi saldrian varios tomos de antropologia social fronteriza.
Un abrazo,
yo
Descansa cuando puedas, y "aguanta" junto a Diego, muchos conocerán el sufrimiento y la vida de muchos mexicanos que bordean el límite de sus vidas.
Te abrazo con afecto,
Mabel
Hola hipertermico, gracias por la visita. Pues esa es la pregunta de los 64 mil. El recorrido lo hice como periodista, publique una nota diaria en La Opinion, el periodico en el cual trabajo, durante toda la marcha. Pero ideologicamente coincido con la causa de la marcha de otra manera no creo que hubiera podido hacer todo lo que hice ni aguantar todo lo que aguante. Estoy convencida de que se requiere una reforma migratoria justa y humana para todos los que ya estan aqui y para los que desean venir...
Blas, uy, ni te imaginas cuanto me han marcado ambas cosas, la UAM y el blog. La UAM ya sabes como, y el blog... bueno, cada maldita cosa que veo pasa por un proceso de evaluacion para ver si es "posteable" o no... que barbaridad...
Sirako, si cobraramos por cada performance de estos, harta lana tendriamos...
Jaz, "antropologia social fronteriza"... no des ideas a los academicos chupabecas...
Cyrana, gracias por el abrazo, llego en muy buen momento (y lo hice extensivo para el Diego, yomi...)
Oye tu sabes que yo soy,
como una llanta,
una vil llanta... de camión...
...Y siguen, y siguen rodando Chilangie y cia., vientos!!.
Solo hay una cosa que me encabrona, que los medios de descomunicación aqui en México anden como siempre en la pendeja y no digan nada de cosas tan importantes como esta. pero bueno... seria mucho pedirles a los tarados.
... muchos caminos he rodado...
... muchas botellas he quebrado...
... ya muchos baches he pisado...
Asi es, mi Peter. ...pero aun sigo rodando...
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