Recado de Frida Kahlo (a la venta)

Pues resulta que si Frida Kahlo viviera, hoy estaría cumpliendo 100 años.

Ya todos sabemos la historia de la mujer, ¿no? Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, que nació en 1907 en el barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, que fue hija del fotógrafo alemán Guillermo Kahlo y de Matilde Calderón, que tuvo polio a los 6 años, que fue parte de la primera generación de mujeres que estudiaron en la Escuela Nacional Preparatoria, que tuvo un horrible accidente en un autobús que le fracturó la columna en cinco partes, que tuvo una relación amor-odio-arte-política-sexo-odio-amor con Diego Rivera, que se referían a ellos como una pareja de un elefante y una paloma, que fue comunista, que sufrió por dolor físico y por amor (“he sufrido dos grandes accidentes durante mi vida, uno en el cual un vehículo me atropelló. El otro fue Diego”, dijo una vez), que fue bisexual, que fue amante de Trotsky, que le amputaron una pierna, que murió a los 47 años y su ataúd fue cubierto con la bandera del partido comunista. (Si no sabían todo esto o quieren saber más, pueden picarle aquí).

Ahhh, pero tal vez no se sabían la siguiente:

Resulta que hace dos años la familia Kahlo, heredera de los derechos sucesorios sobre la imagen, el nombre y la firma de Frida, decidió crear Frida Kahlo Corporation, una empresa dedicada a comercializar el nombre y la imagen de la pintora. La corporación se estableció en 2005 en sociedad con el empresario venezolano radicado en Miami Carlos Dorado, quien entre otras cosas es distribuidor de las firmas Versace, Armani y Hugo Boss en América Latina.
Con el surgimiento de la asociación aparecieron los primeros productos comerciales: la muñeca Frida Kahlo, vestida con un traje negro y dorado, con un valor de 150 dólares, y más tarde el tequila Frida Kahlo en tres presentaciones, con el nombre y la fotografía de la pintora en cada botella, que se vende entre los 50 y los 90 dólares.

Pero la cosa no para ahí. Si ustedes han visto la imagen de Frida utilizando el corsé aquél de yeso y barras de acero durante meses tras el accidente, seguramente les resultará desconcertante imaginar el tal corsé convertido en una pieza exclusiva de la firma de lencería La Perla, bordado en punto de cruz y con incrustaciones de cristales Swarovski, en edición limitada de 500 piezas.

El corsé que usó Frida y el de edición especial de La Perla

Ayer que estaba haciendo una nota sobre el asunto para el periódico, platiqué bien rapidito por teléfono con mi Elenita Poniatowska, que concretito me soltó: “Yo no estoy de acuerdo con la comercialización de Frida Kahlo porque ella es una artista de a deveras. Yo sé y entiendo que toda la gente hace dinero con lo que puede; Paloma Picasso, por ejemplo, comercializó a su padre Pablo Picasso, pero yo creo que a Frida esto no le gustaría, creo que los mandaría con cajas destempladas a freír espárragos, porque ese no era su estilo; Diego y Frida nunca fueron ricos durante su vida”.

Pero la familia asegura que no es el interés económico lo que motivó la creación de Frida Kahlo Corporation. “Nuestro objetivo es que las compañías que quieran usar el nombre legalmente lo puedan hacer”, me dijo Mara Romeo, quien es directora del corporativo y nieta de Cristina Kahlo, la hermana menor de Frida. “Queremos dar a conocer la otra obra de Frida, su obra social. Frida se ha conocido mundialmente por su obra pictórica, pero mi abuela Cristina y mi tía Frida siempre hicieron obra social; los sábados daban una ayuda a la gente desde la casa de mi abuela en Coyoacán, repartiendo la canasta básica, kilos de arroz, de azúcar o de café. Yo creo que tenemos una obligación y por eso sólo estamos trabajando con empresas mexicanas con responsabilidad social. Queremos que esas compañías, al obtener el uso del nombre, puedan hacer una obra social lanzando nuevos pintores, haciendo exposiciones, tal como lo hacía Frida”.

El mes pasado la revista Gatopardo dio a conocer que a través del convenio con Carlos Dorado, quien tendría el 51% de las acciones de la corporación, se pretende lanzar al mercado varios productos como cinturones, bolsas para dama, gorras y mochilas con la firma Frida Kahlo, así como un par de tenis de la marca Converse conmemorativos del centenario del nacimiento de Frida, con imágenes de su obra y con su firma al frente.

Cuando le pregunté sobre el asunto, Mara Romeo lo desmintió tajantemente. “No; nosotros estamos al 50%; nos asociamos con él [con Dorado] porque al hacer la empresa necesitábamos dinero para hacer los registros marcarios adecuados, pero quienes tomamos las decisiones somos la familia”, me dijo, y me aseguró que los dos únicos productos autorizados por la corporación son la muñeca y el tequila, ambos producidos por empresas mexicanas. “No existe hasta el momento autorización para ningún otro producto”, insistió.
“Yo creo que volver a Frida un producto es muy desconsiderado y francamente innoble”, me dijo unas horas antes, también por teléfono, Carlos Monsiváis. “No puedo estar de acuerdo con esa avidez económica que olvida el sentido de una vida y una obra, que en el caso de Frida fue en función de la generosidad, del arte, de la militancia política, del control del sufrimiento. Esto es simplemente un reclamo del apellido para hacer de Frida algo que nunca fue: una empresa. Gozar de los beneficios de esa actitud es llevar muy lejos el parentesco y convertirlo en una licuadora. Que aprovechen las ganancias y que desaprovechen lo mejor de su herencia, que fue una conducta moral”.

Cuando le hablé sobre este comentario a Mara Romeo, pues como que no le gustó, ¿no? “Yo creo que en México todo el mundo es libre de pensar lo que quiera. El arte también se comercializa, las pinturas y los libros también se venden. Si vemos el costo de la obra pictórica de Frida, su último cuadro se vendió en 6 millones de dólares. Realmente lo que cobramos es pequeño y con ello impulsamos empresas y generamos empleo en México”, me dijo terminante.
Y sobre el corsé inspirado en el original, que trajo tanto sufrimiento a Frida, Romeo me aseguró que “no está en venta, no es para comercializase; esa fue sólo una pieza como homenaje a Frida Kahlo”. Pero según la información publicada, si alguno de ustedes está interesado en el bonito souvenir, con comodidad lo puede adquirir por la módica cantidad de 1500 euros.

A mí Frida me gusta, la personalidad, la imagen, la obra pictórica no tanto, pero el mito un montón. Así que marca registrada o no, feliz cumpleaños, Frida Kahlo, que al fin y al cabo por eso no me cobran.